Escándalo mundial: Las cifras del calentamiento global son manipuladas para forzar el impuesto mundial al CO2
Mientras USA, China y la Unión Europea pulsean por imponer sus ofertas de cara a la cumbre del Cambio Climático en Copenhague, la publicación de una serie de mails de científicos que hablaban de tergiversar las cifras de los estudios para ajustarlas a su propio modelo, confirma aún más la teoría de que el cambio climático producido por el hombre no es más que un truco de ciertos sectores de poder interesados en forzar un impuesto al CO2 a nivel mundial. La denuncia pone en evidencia dos elementos
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) - El director del Programa Ambiental de las Naciones Unidas, Achim Steiner, se manifestó optimista de que las conversaciones sobre el cambio climático que comenzarán en Copenhague la semana próxima concreten un acuerdo con objetivos firmes para reducir las emisiones de carbono.
Las recientes ofertas de USA y China parecen modestas en comparación con las propuestas de la Unión Europea y las demandas de los científicos, pero probablemente sólo representan ofertas iniciales, afirmó Steiner el martes.
"Este es un espectacular proceso de negociación en su etapa final", agregó el funcionario a la Associated Press en una entrevista días antes de las conversaciones del 7 al 18 de diciembre en la capital dinamarquesa, conducidas por la ONU.
"Creo que hay suficientes motivos como para tener una sensación de optimismo de que pueda concretarse un acuerdo en Copenhague que no sea sólo un acuerdo político, sino significativo en relación con los objetivos científicos", agregó después de reunirse con grupos ambientalistas en Ginebra.
Según algunos gobiernos, es improbable que la conferencia produzca un acuerdo obligatorio para reducir sustancialmente las emisiones de anhídrido carbónico y otros gases que se considera responsables del calentamiento global.
Eso hizo que la canciller federal alemana, Angela Merkel, exhortara a la reunión de Copenhague a producir un compromiso político de limitar el calentamiento global que permita un tratado obligatorio en el 2010. El diario alemán Tagesspiegel atribuye el martes a Merkel haber dicho que el calentamiento global es una de las cuestiones más importantes de la humanidad y que se necesita un compromiso internacional para prevenir un cambio de clima potencialmente desastroso.
Los científicos dicen que los países ricos deben reducir sus emisiones de anhídrido carbónico del 25% al 40% para el 2020 respecto de los niveles de 1990. La ofertas de USA y China han estado muy por debajo de esas cifras.
"Es una gama muy amplia", dijo Steiner acerca de las cifras establecidas por los científicos en el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático. "Hay margen allí para hallar compromiso y a la vez demostrar un liderazgo real".
Ese liderazgo podría provenir de USA o aun de China ahora que ambas naciones han presentado sus propias propuestas de reducir las emisiones de carbono después de años de eludir compromisos firmes, concluyó.
La farsa
Sin embargo, mientras los líderes mundiales discuten en sus propios foros parecen desconocer el escándalo que se desató en los medios (y sobre todo entre los bloggers de Internet) a raíz de la publicación de una serie de mails de científicos que hablaban abiertamente acerca de la tergiversación de datos para afianzar su propio modelo de cambio climático.
Los mails, publicados gracias a la acción de un hacker, pone en evidencia la voluntad de determinados sectores de poder de afirmar entre la población la idea de que el cambio climático es producido por la acción del hombre para poder establecer de facto un impuesto mundial al carbono o, mejor dicho, un impuesto al uso del aire.
El portal de noticias Libertad Digital se hizo eco de diferentes publicaciones, tanto de medios "oficiales" como de blogs conspiranoicos, dando cuenta del escándalo desatado.
"Algunos ya lo califican como el mayor escándalo científico del siglo. Este fin de semana la red se ha convertido en un auténtico hervidero tras la publicación de toda una serie de documentos comprometedores pertenecientes a la cúpula científica del calentamiento global antropogénico (causado por el hombre).
Acuerdos para manipular datos, destrucción de pruebas, conspiraciones para evitar que los escépticos publiquen en revistas científicas, dudas privadas sobre sus propias aportaciones a la teoría del calentamiento global que no se reconocen en público, ocultamiento del "Periodo Cálido Medieval", alegría por la muerte de un escéptico...
Todo ello forma parte de una serie de documentos y correos electrónicos privados que han sido desvelados bien por un hacker externo o bien por una fuente anónima interna de uno de los templos de la calentología. Pueden encontrarse ya en las redes P2P, buscando en Google "FOI2009.zip", y ya existe incluso un buscador.
Se trata de la Unidad de Investigación del Clima (CRU, por sus siglas en inglés), perteneciente a la británica Universidad de East Anglia, uno de los centros de investigación más activos en sus esfuerzos por demostrar la teoría del calentamiento global de origen antropogénico. En septiembre se vio envuelto en una polémica con el think tank norteamericano Competitive Enterprise Institute por destruir datos originales de toma de temperaturas por "falta de espacio".
Sus datos han sido empleados en muchos estudios alarmistas, pero son datos "cocinados", y el problema es que ya no es posible saber si esa “cocina” ha sido hecha correctamente tras la destrucción de los originales.
¿Y qué dicen esos correos?
Lo principal que se extrae de la lectura de estos correos electrónicos es, en palabras del blogger norteamericano John Hinderaker, una mentalidad de bunker asediado por los enemigos, esto es, los escépticos. Estos científicos creen sinceramente en la teoría del calentamiento global, de un modo tan fanático que les lleva a alegrarse de la muerte en 2004 del escéptico John Daly o desear "darle una paliza" al también escéptico Patrick Michaels.
Pero, sin duda, lo más importante es que parecen plenamente dispuestos a maquillar sus datos para que se ajusten a la teoría. Así, en un correo del pasado 28 de septiembre, uno de estos científicos anuncia su intención de bajar 0,15 grados la temperatura registrada del océano para que se ajuste a sus modelos climáticos.
Otro científico, David Parker, discute en otro email la posibilidad de cambiar el período de referencia para elaborar el índice de temperatura global. Se opone afirmando que tal cambio podría confundir al público y, sobre todo, reflejaría que el actual período es menos cálido de lo que pretenden hacer creer.
Tim Osborn describe cómo algunos datos son manipulados para ocultar que los resultados de un estudio muestran una aparente tendencia al enframiento de la temperatura del planeta. El propio Michael Mann, uno de los climatólogos del cabecera del IPCC de la ONU, afirma en otro correo que sería bueno "contener" la temperatura del “Período Cálido Medieval ".
Manipulación de informes
Por su parte, Tom Wigley le comenta a otro colega que el calentamiento en la superficie terrestre desde 1980 ha sido casi el doble que en los océanos, un dato que no se debe salir a la luz, ya que podría ser utilizado por los científicos escépticos como prueba de que los centros urbanos constituyen auténticas islas de calor, sin que esto nada tenga que ver con el calentamiento global.
También existe otro de 1999 en el que un científico reconoce haber usado el "truco de Mike" (Michael Mann, el del Palo de Hockey) en Nature para "ocultar el descenso" de temperaturas. El "truco" en cuestión consiste en ocultar la divergencia entre las temperaturas de 1960 en adelante y los registros de los anillos de los árboles empleados para reconstruir el clima pasado. ¿Cómo? Eliminando esos registros en los resultados durante los años problemáticos, es decir, aquellos que no se ajustaban al modelo.
También se observa la paranoia del propio Mann, uno de los artífices de los informes del IPCC. Así, en un correo reciente, este gurú del calentamiento global protesta por la "máquina de ataque pagada por las multinacionales", pese a que fluyen muchos, muchos más fondos hacia los científicos que defienden el cambio climático causado por el hombre que hacia los escépticos.
De hecho, en otro de los correos un climatólogo británico se queja de un artículo cuestionando la teoría del calentamiento porque es justo "lo que no necesita" en sus esfuerzos para sacarle dinero a Siemens. Un correo reconoce que están negociando con Esso, una de las subsidiarias de Exxon. Y uno de los documentos muestra que el director del CRU ha recaudado 13,7 millones de libras desde 1990.
Ocultación de datos
También existe algo más grave. Las leyes británicas obligan a desvelar todos los archivos de las investigaciones financiadas con dinero público, como son las del CRU. Un correo pide a varios científicos de diversas universidades que borren ciertos mensajes, lo que ha sido interpretado como un posible intento de evitar verse obligados a desvelar contenidos "incómodos" para la teoría del calentamiento ante una posible petición bajo las leyes británicas.
Uno de los correos, de hecho, reconoce que de verse obligado a dar los datos de las estaciones de temperatura del CRU preferiría borrarlos, lo cual podría estar relacionado con esa "falta de espacio" que adujo en septiembre para no revelarlos.
Conspiración para no dejar publicar a los escépticos
Uno de los más repetidos mantras de los climatólogos creyentes consiste en que los escépticos no publican en revistas científicas respetables, las llamadas peer-reviewed, y ellos sí. Pero parece que en parte esto sucede por un esfuerzo concertado para que así sea. Uno de los intercambios de correos desvelado se indigna ante la publicación de un par de papers científicos de los escépticos en la revista Climate Research y promueve un boicot contra la misma.
Ese intento de acallar las publicaciones científicas escépticas alcanza al IPCC, el macroinforme de la ONU que se supone contiene toda la información relevante sobre la ciencia del clima. Pues bien, otro de los correos muestra a estos científicos indicando que harán todo lo que puedan para evitar que un estudio contrario a sus teorías llegue al IPCC, incluso aunque sea a costa de "redefinir lo que significa un estudio peer-reviewed".
Phil Jones escribe a la Universidad de Hull para intentar detener a su colega escéptica Sonia Boehmer Christiansen; Michael Mann explica cómo destruir una revista que ha publicado documentos científicos sobre el clima elaborados por escépticos; en otro correo, el propio Mann dice que se pondrá en contacto con la cadena británica BBC para averiguar por qué permitió la publicación de un artículo vagamente escéptico; otro correo desvela que una carta de calentólogos enviada a The Times fue redactada con la inestimable ayuda de Greenpeace...
Siempre se ha alegado desde el campo escéptico que no es necesaria ninguna conspiración para explicar el elevado número de científicos que apoyan la teoría del calentamiento global. Existen suficientes intereses académicos, ideológicos y hasta pecuniarios que permiten explicar acciones de distintas personas en la misma dirección. Pero eso no significa que no puedan existir conspiraciones como ésta, con la intención de acallar a algunos críticos, que pueden haber logrado algún éxito.
El material tardará en ser examinado, pues incluye cientos de correos, documentos científicos, datos contables sobre los fondos recibidos para la investigación y hasta el código empleado para las reconstrucciones del clima pasado, ése que siempre se han negado a enviar a los escépticos para su examen y ha tenido que ser reconstruido por los estadísticos McIntyre y McKitrick.
No existe una seguridad al 100% de que todos los correos electrónicos y documentos publicados sean ciertos, pues son demasiados como para que se haya podido verificar, por el momento, uno a uno. Sin embargo, la propia Universidad ha reconocido la veracidad de su origen y ha cambiado los claves de acceso de su personal para evitar más filtraciones. De hecho, algunos afectados han reconocido la autoría de algunos de los correos más sorprendentes del lote.
Tras saltar a la red, el escándalo ya ha sido recogido por algunos medios, tales como New York Times, Washington Post o el alemán Die Welt".
No hay tal cosa como el "consenso" en el tema del cambio climático
La idea de que existe consenso en la comunidad científica alrededor del cambio climático por obra del hombre es una falacia que día a día se va descubriendo aún más.
Ya en julio del año pasado tres científicos de elite comenzaron a negar que exista un “consenso” sobre el calentamiento global creado por la humanidad en base a investigación que indica que las emisiones de CO2 en realidad enfrían la atmósfera. Además demostraron que los documentos que publico el IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change) dimensionaban en exceso el efecto del CO2 sobre la temperatura en algo así como en un 2000%.
El profesor George Chilingar y Leonid Khilyuk de la Universidad de California del Sur y Oleg Sorokhtin del Insituto de Oceanología de la Academia de Ciencias Rusa publicaron un estudio que contradice completamente la relación entre CO2 y aumento global de las temperaturas.
“Los cálculos basados en la teoría adiabática del efecto invernadero muestran que el aumento de la concentración de CO2 en la atmósfera resulta en enfriamiento en lugar de calentamiento de la atmósfera de la Tierra”.
El estudio completo que apareció en la revista de Fuentes de Energía causó la ira entre los defensores del culto del cambio climático. En un desarrollo relacionado la revista Physics and Society publicó las pruebas de que el sumario publicado por el IPCC en 2007 dimensionaba en exceso el impacto del CO2 sobre el calientamiento en un 500-2000%.
El documento también subrayaba el hecho que confirma que Marte, Júpiter, la luna más grande de Neptuno y Plutón se han calentado al mismo tiempo que la Tierra, un factor atribuido a una mayor actividad solar, mayor que durante los últimos 11.400 años.
El estudio concluye “el aumento de CO2 supondrá un calentamiento de poco más de 1 °F (0.6 °C) a la temperatura de la superficie global para el año 2010″
Si a esto se le añaden los resultados presentados en el Foro que tuvo lugar recientemente en Nueva York donde se reunieron cientos de científicos a discutir la plausibilidad de esa teoría que está siendo promovida sobre el calentamiento global llegamos a la conclusión de que sobre este tema se puede hablar de todo menos de “consenso”.
Conspiranoia
El video muestra al teórico de la conspiración, David Icke, haciendo una presentación sobre las ideas que llevan a cabo las elites gobernantes para establecer la sensación de que un cambio climático a nivel planetario está en marcha para tomarlo como una amenaza que haga necesario un único gobierno mundial.
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martes, 1 de diciembre de 2009
Ganarle la Plaza de Mayo al kirchnerismo: Objetivo de los piqueteros no-K en una ciudad colapsada
Piqueteros no kirchneristas empezaron a marchar hacia Plaza de Mayo desde distintos puntos de la Ciudad de Buenos Aires, en movilizaciones simultáneas que complican el tránsito en el centro porteño. El lema de la convocatoria es "por trabajo sin clientelismo": que se los incluya en los planes de empleo en cooperativas que financia el Gobierno Nacional, eludiendo el 'filtro' de lo intendentes del conurbano.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Un heterogéneo grupo de organizaciones sociales se moviliza a la Plaza de Mayo para renovar los reclamos sobre las presuntas irregularidades en la puesta en marcha del plan de cooperativas que lanzó el Gobierno.
La novedad es que la movilización concluye frente a la Casa Rosada, porque "el mensaje está dirigido directamente a Cristina de Kirchner" (quien se encuentra fuera del país).
Así, organizaciones piqueteras no kirchneristas ganaron las calles porteñas y partieron en forma simultánea desdde Constitución, Retiro, Congreso y Plaza Miserere para confluir en Plaza de Mayo a las 17:00, donde prometieron acampar, provocando el caos en el tránsito.
Los manifestantes reclaman que se incluya a sus integrantes en el plan de cooperativas “Argentina trabaja” lanzado por el Gobierno, según el coordinador de Barrios de Pie, Roberto Baigorria, quien aseguró que marchan "con la idea de permanecer en Plaza de Mayo hasta lograr un acuerdo que satisfaga el reclamo", que incluye "que se garantice un pago antes de las fiestas para los desocupados".
El documento que exponen es el siguiente:
"Los puestos de trabajo en el marco del plan Argentina Trabaja, mas allá de ser empleos precarios, han generado una expectativa en miles de trabajadores de todo el país que caen en el desempleo. El gobierno restringe el acceso a estos trabajos, de por sí insuficientes, a los punteros de las intendencias. La mayoría de los desocupados está quedando afuera. Pretenden excluir a las organizaciones sociales y, en general, a todo aquel que no pase por el filtro de los punteros.
No resuelve el problema el plan del subsidio por hijo, que no pasa del nivel de la indigencia y consume los fondos del Anses, liberando las partidas de los planes actuales que absorbe para el pago de la deuda y los subsidios a los patrones. Sin haberse puesto en marcha la asignación universal, el gobernador Scioli, ha dejado sin cobrar 70.000 desocupados del plan Barrios Bonaerenses. Queremos que la asistencia llegue efectivamente a todos los que la necesitan, rechazamos cualquier recorte, queremos trabajar, y queremos los fondos del Anses para que nuestros jubilados cobren el 82% móvil.
Nos dicen que la crisis económica ya habría pasado, mientras se suceden nuevos despidos y el estado nacional y los provinciales proceden a un ajuste cada vez más riguroso, recortando partidas y congelando salarios en función de tomar nueva deuda externa.
Unificamos la lucha de un conjunto de organizaciones, todas las cuales el gobierno intenta marginar del acceso a estos puestos de trabajos, peleando por el acceso al empleo, pero también para enfrentar cualquier intento de descargar la crisis sobre las espaldas de toda la clase trabajadora. La unidad cada vez más extendida de quienes ayer reclamábamos por separado es la única respuesta a la perfidia oficial.
Nos unificamos también referenciados en las luchas de los trabajadores ocupados y desocupados en todo el país, contra los despidos como en Kraft, por el derecho a organizarnos independientemente de la tutela de las fuerzas del gobierno como en el subte y contra el ajuste oficial como los docentes y estatales de la provincia de buenos aires y muchísimas provincias del interior. Salimos a las calles exigiendo una solución de fondo, pasándole la factura de esta crisis no a l! os trabajadores, sino a los que no se cansan de llenarse los bolsillos, los empresarios, los especuladores inmobiliarios, el capital financiero y los terratenientes.
Trabajo para todos. Ingreso irrestricto y bajo control de las organizaciones genuinas de los trabajadores a los puestos de trabajo anunciados. Que se extienda inmediatamente el ingreso a la ciudad de buenos aires y el interior.
Plan de obras públicas y de viviendas para los trabajadores sobre la base de un impuesto extraordinario a la ganancia empresarial, a los terratenientes y el capital financiero.
> Si no hay trabajo, subsidio al desocupado.
> Prohibición de despidos y suspensiones.
> 82% móvil para los jubilados.
> Pago inmediato del plan Barrios Bonaerenses y la asistencia de provincia de Buenos Aires.
> Contra el ataque a Segovia, Solanas y todos los luchadores populares
Las organizaciones que integran este acuerdo de acción solicitan una reunión urgente para tratar estos puntos con la Ministra Nacional de Desarrollo Social, Dra. Alicia Kirchner
Polo Obrero, Movimiento Barrios de Pie, Movimiento Sin Trabajo-Teresa Vive, Corriente Clasista y Combativa, Movimento Territorial de Liberación(Provincia de Buenos Aires), Bloque Piquetero Nacional (MTR, MBL, UTL, MTR 12 de Abril), Frente de Organizaciones Clasistas "Carlos Almirón" (FTC-M29, MAR, Familiares contra el paco, RUP), Frente de Trabajadores Clasistas Nacional, Asambleas del Pueblo, MTR (fogoneros), TODU, Bloque Obrero y Popular (Mov 26 de Junio, MTD Quilmes), UTD Tigre, ATV."
En ese listado hay piqueteros del ala más "dura" y otros que, poco tiempo atrás, formaban parte del variopinto grupo de movimientos sociales alineados al kirchnerismo.
El MST Teresa Vive señaló que "el Gobierno no cumplió el cronograma de inscripción acordado".
El reclamo principal en torno al plan "Argentina Trabaja" es la lentitud y la discrecionalidad en la confección de las cuadrillas donde los intendentes del conurbano definen quiénes pueden anotarse como beneficiarios.
"Hicimos una movilización en común todas las organizaciones hace 15 días, y decidimos seguir confluyendo pese a nuestras diferencias porque la política del Gobierno es la misma, dejarnos afuera", explicó Gustavo Giménez, coordinador nacional del MST Teresa Vive.
Piqueteros no kirchneristas empezaron a marchar hacia Plaza de Mayo desde distintos puntos de la Ciudad de Buenos Aires, en movilizaciones simultáneas que complican el tránsito en el centro porteño. El lema de la convocatoria es "por trabajo sin clientelismo": que se los incluya en los planes de empleo en cooperativas que financia el Gobierno Nacional, eludiendo el 'filtro' de lo intendentes del conurbano.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Un heterogéneo grupo de organizaciones sociales se moviliza a la Plaza de Mayo para renovar los reclamos sobre las presuntas irregularidades en la puesta en marcha del plan de cooperativas que lanzó el Gobierno.
La novedad es que la movilización concluye frente a la Casa Rosada, porque "el mensaje está dirigido directamente a Cristina de Kirchner" (quien se encuentra fuera del país).
Así, organizaciones piqueteras no kirchneristas ganaron las calles porteñas y partieron en forma simultánea desdde Constitución, Retiro, Congreso y Plaza Miserere para confluir en Plaza de Mayo a las 17:00, donde prometieron acampar, provocando el caos en el tránsito.
Los manifestantes reclaman que se incluya a sus integrantes en el plan de cooperativas “Argentina trabaja” lanzado por el Gobierno, según el coordinador de Barrios de Pie, Roberto Baigorria, quien aseguró que marchan "con la idea de permanecer en Plaza de Mayo hasta lograr un acuerdo que satisfaga el reclamo", que incluye "que se garantice un pago antes de las fiestas para los desocupados".
El documento que exponen es el siguiente:
"Los puestos de trabajo en el marco del plan Argentina Trabaja, mas allá de ser empleos precarios, han generado una expectativa en miles de trabajadores de todo el país que caen en el desempleo. El gobierno restringe el acceso a estos trabajos, de por sí insuficientes, a los punteros de las intendencias. La mayoría de los desocupados está quedando afuera. Pretenden excluir a las organizaciones sociales y, en general, a todo aquel que no pase por el filtro de los punteros.
No resuelve el problema el plan del subsidio por hijo, que no pasa del nivel de la indigencia y consume los fondos del Anses, liberando las partidas de los planes actuales que absorbe para el pago de la deuda y los subsidios a los patrones. Sin haberse puesto en marcha la asignación universal, el gobernador Scioli, ha dejado sin cobrar 70.000 desocupados del plan Barrios Bonaerenses. Queremos que la asistencia llegue efectivamente a todos los que la necesitan, rechazamos cualquier recorte, queremos trabajar, y queremos los fondos del Anses para que nuestros jubilados cobren el 82% móvil.
Nos dicen que la crisis económica ya habría pasado, mientras se suceden nuevos despidos y el estado nacional y los provinciales proceden a un ajuste cada vez más riguroso, recortando partidas y congelando salarios en función de tomar nueva deuda externa.
Unificamos la lucha de un conjunto de organizaciones, todas las cuales el gobierno intenta marginar del acceso a estos puestos de trabajos, peleando por el acceso al empleo, pero también para enfrentar cualquier intento de descargar la crisis sobre las espaldas de toda la clase trabajadora. La unidad cada vez más extendida de quienes ayer reclamábamos por separado es la única respuesta a la perfidia oficial.
Nos unificamos también referenciados en las luchas de los trabajadores ocupados y desocupados en todo el país, contra los despidos como en Kraft, por el derecho a organizarnos independientemente de la tutela de las fuerzas del gobierno como en el subte y contra el ajuste oficial como los docentes y estatales de la provincia de buenos aires y muchísimas provincias del interior. Salimos a las calles exigiendo una solución de fondo, pasándole la factura de esta crisis no a l! os trabajadores, sino a los que no se cansan de llenarse los bolsillos, los empresarios, los especuladores inmobiliarios, el capital financiero y los terratenientes.
Trabajo para todos. Ingreso irrestricto y bajo control de las organizaciones genuinas de los trabajadores a los puestos de trabajo anunciados. Que se extienda inmediatamente el ingreso a la ciudad de buenos aires y el interior.
Plan de obras públicas y de viviendas para los trabajadores sobre la base de un impuesto extraordinario a la ganancia empresarial, a los terratenientes y el capital financiero.
> Si no hay trabajo, subsidio al desocupado.
> Prohibición de despidos y suspensiones.
> 82% móvil para los jubilados.
> Pago inmediato del plan Barrios Bonaerenses y la asistencia de provincia de Buenos Aires.
> Contra el ataque a Segovia, Solanas y todos los luchadores populares
Las organizaciones que integran este acuerdo de acción solicitan una reunión urgente para tratar estos puntos con la Ministra Nacional de Desarrollo Social, Dra. Alicia Kirchner
Polo Obrero, Movimiento Barrios de Pie, Movimiento Sin Trabajo-Teresa Vive, Corriente Clasista y Combativa, Movimento Territorial de Liberación(Provincia de Buenos Aires), Bloque Piquetero Nacional (MTR, MBL, UTL, MTR 12 de Abril), Frente de Organizaciones Clasistas "Carlos Almirón" (FTC-M29, MAR, Familiares contra el paco, RUP), Frente de Trabajadores Clasistas Nacional, Asambleas del Pueblo, MTR (fogoneros), TODU, Bloque Obrero y Popular (Mov 26 de Junio, MTD Quilmes), UTD Tigre, ATV."
En ese listado hay piqueteros del ala más "dura" y otros que, poco tiempo atrás, formaban parte del variopinto grupo de movimientos sociales alineados al kirchnerismo.
El MST Teresa Vive señaló que "el Gobierno no cumplió el cronograma de inscripción acordado".
El reclamo principal en torno al plan "Argentina Trabaja" es la lentitud y la discrecionalidad en la confección de las cuadrillas donde los intendentes del conurbano definen quiénes pueden anotarse como beneficiarios.
"Hicimos una movilización en común todas las organizaciones hace 15 días, y decidimos seguir confluyendo pese a nuestras diferencias porque la política del Gobierno es la misma, dejarnos afuera", explicó Gustavo Giménez, coordinador nacional del MST Teresa Vive.
Fernando Savater: "La vida eterna"
(Ariel, 2007) Por Justo Serna-Archivo 2007
(Ariel, 2007) Por Justo Serna-Archivo 2007
Hace treinta, treinta y tantos años, Fernando Savater era un joven filósofo español, un pensador que irrumpía en los medios de comunicación evaluando, juzgando, examinando, reseñando y, sobre todo, escribiendo acerca de muchos sujetos, tipos relevantes o personajes aparentemente menores: Spinoza, Nietzsche y Cioran, pero también Frankenstein, Jim Hawkings y Drácula. Frecuentó a otros muchos, desde luego, pero entre esos héroes reales y ficticios (dejo a ustedes averiguar quiénes eran una cosa o la otra) halló aquel Savater sus interlocutores principales. Desde el más relevante y grave hasta el más desamparado y joven, esos personajes le servían de referencia, de modelo de excelencia, de ayudantes o donantes. ¿Ayudantes o donantes frente a qué? Frente a Dios y frente a la muerte.
Spinoza le mostró las claves fundamentales de la ética humana, el código de esa entidad falible que quiere perseverar en su ser, de ese sujeto que se alza contra la decrepitud y el acabamiento sin encontrar nación que lo acoja, sin hallar una comunidad tolerante. Nietzsche le enseñó el legítimo orgullo del individuo que ha roto sus cadenas trascendentales y colectivas, el coraje de quien por haber renunciado a Dios sólo se tiene a sí mismo para calificar los actos que emprende.
Cioran le indicó la irrelevancia o la chiripa de haber nacido, la falta de necesidad que tiene dicho accidente, hecho a partir del cual ese maldito yo perdura años y años sólo porque tiene la libertad última de matarse. El monstruo de Frankenstein --compuesto de trozos, de cachos y de fragmentos— le reveló la fealdad y la orfandad a las que cada uno está condenado, esa mala hechura con la que sobrevivimos y de la que no todos acaban de reponerse. Jim Hawkings le demostró lo que es el valor adolescente, la audacia de quien, siendo huérfano de padre, crece y madura de grado o por fuerza, enfrentándose a los que amenazan u hostigan. Y Drácula..., qué decir del señor Conde: del triste vampiro aprendió la importancia de gozar el instante para no condenarse a una inmortalidad previsible, a una eternidad de cinco o seis siglos por vivir. Esos héroes particulares (y universales) son, en efecto, auxiliares: habitantes de una comunidad de interlocutores de distinto tiempo pero que entonces y ahora –en la imaginación del lector Savater-- conviven y charlan civilizada, educadamente, sobre temas escabrosos. Dios, por ejemplo.
Hay un momento en la vida en que algunos creyentes ven flaquear su fe hasta finalmente perderla. Cuando eso sucede, ¿qué queda? Puede quedar un vacío sin creencias, con el ánima desarbolada, con la ética personal echa trizas. O, por el contrario, ese hueco existencial puede rellenarse con cualquier cosa, con cualquier fe secular que dé cohesión, fuerza y valores a quien ya no está protegido por la custodia de la Providencia. Pero puede muy bien ocurrir que la antigua criatura de Dios empiece a tomarse como creador, como el creador de sí mismo. Es entonces cuando decretará la muerte de Dios y cuando se elevará juzgándose dueño del presente en cuyos actos se define. Nietzsche lo estableció así y Fernando Savater lo difunde desde hace treinta, treinta y tantos años. Imagino a nuestro filósofo donostiarra siendo joven y recitando pasajes como éste, frases explosivas procedentes de Así habló Zatatustra:
“¡Ante Dios! ¡Pero si ese Dios ha muerto! Hombres superiores, ese Dios ha sido vuestro mayor peligro. No habéis resucitado hasta que él bajó a la tumba. Ahora solamente vuelve el gran Mediodía, ahora el hombre superior es el amo. ¿Habéis comprendido esta frase, oh hermanos míos? ¿Os habéis asustado? ¿Vuestro corazón es presa del vértigo? ¿Aquí se abre el abismo para vosotros? ¿El perro del infierno os ladra? ¡Pues bien! ¡Vamos, hombres superiores! Ahora es cuando la montaña del porvenir humano va a dar a luz. Dios ha muerto: ahora queremos ‘nosotros’... que viva el superhombre”.
De eso tratan estas páginas: de cómo refundar la vida individual del sí mismo en un espacio hospitalario, legal, democrático y laico sin guarecerse en el colectivismo, en las creencias que nos permiten abdicar a cada uno de nosotros, de lo que somos y de lo que nos espera: la muerte sin esperanza
Imagino a nuestro pensador local sumándose a esa empresa cosmopolita, la de individuos que ya no abdican de su condición, de su inmanencia, de su finitud. Si el catolicismo fue un empeño universalista, su superación habrá de serlo también: pero habrá de serlo sin metafísicas compensatorias, sin recambios de religiones políticas que simplemente secularicen y reemplacen la figura de Dios.
Hay un momento en la vida en que algunos creyentes ven flaquear su fe hasta finalmente perderla. Cuando eso sucede, ¿qué queda? Puede quedar un vacío sin creencias, con el ánima desarbolada, con la ética personal echa trizas. O, por el contrario, ese hueco existencial puede rellenarse con cualquier cosa, con cualquier fe secular que dé cohesión, fuerza y valores a quien ya no está protegido por la custodia de la Providencia. Pero puede muy bien ocurrir que la antigua criatura de Dios empiece a tomarse como creador, como el creador de sí mismo. Es entonces cuando decretará la muerte de Dios y cuando se elevará juzgándose dueño del presente en cuyos actos se define. Nietzsche lo estableció así y Fernando Savater lo difunde desde hace treinta, treinta y tantos años. Imagino a nuestro filósofo donostiarra siendo joven y recitando pasajes como éste, frases explosivas procedentes de Así habló Zatatustra:
“¡Ante Dios! ¡Pero si ese Dios ha muerto! Hombres superiores, ese Dios ha sido vuestro mayor peligro. No habéis resucitado hasta que él bajó a la tumba. Ahora solamente vuelve el gran Mediodía, ahora el hombre superior es el amo. ¿Habéis comprendido esta frase, oh hermanos míos? ¿Os habéis asustado? ¿Vuestro corazón es presa del vértigo? ¿Aquí se abre el abismo para vosotros? ¿El perro del infierno os ladra? ¡Pues bien! ¡Vamos, hombres superiores! Ahora es cuando la montaña del porvenir humano va a dar a luz. Dios ha muerto: ahora queremos ‘nosotros’... que viva el superhombre”.
De eso tratan estas páginas: de cómo refundar la vida individual del sí mismo en un espacio hospitalario, legal, democrático y laico sin guarecerse en el colectivismo, en las creencias que nos permiten abdicar a cada uno de nosotros, de lo que somos y de lo que nos espera: la muerte sin esperanza
Imagino a nuestro pensador local sumándose a esa empresa cosmopolita, la de individuos que ya no abdican de su condición, de su inmanencia, de su finitud. Si el catolicismo fue un empeño universalista, su superación habrá de serlo también: pero habrá de serlo sin metafísicas compensatorias, sin recambios de religiones políticas que simplemente secularicen y reemplacen la figura de Dios.
El ser humano se define en cada acto que realiza, sabiendo además que se levanta y muere en cada acción, que elige y descarta. En Savater, aquella soledad cósmica que descubre con Spinoza, Nietzsche, Cioran, Frankenstein, Jim Hawkings y Drácula se realiza, finalmente, con Jean-Paul Sartre, otro gran solitario... Fernando Savater no ha ocultado el gran aprecio que desde joven ha sentido por Jean-Paul Sartre y, en particular, por el primer Sartre, siempre ateo, aquel que pronunciara la conferencia inaugural de una época, de la reconstrucción de posguerra: El existencialismo es un humanismo, charla impartida en el Club Maintenant en el París de posguerra. Sartre no era pesimista, admitía: era un escritor que declaraba su fe en la capacidad creadora de los jóvenes.
Ser joven no era, sin más, un estado de carencia que se resolviese con la edad. Ser joven era reconocer el presente como un espacio de contingencias, sin patrimonios definitivos, sin legados gravosos. Así, ese joven que se crea a sí mismo elige, pero sobre todo se elige: decide ser de una forma frente a otra y por tanto opta por una clase especial de humanidad. “Hemos sido injustos con el existencialismo francés de la primera hora: era el bueno”, decía Fernando Savater en su obra Humanismo impenitente. “El propio Sartre fue retrospectivamente injusto consigo mismo, cuando abjuró de su célebre conferencia del Club Maintenant”, añadía.
Pues bien, creo que Fernando Savater ha sido fiel a aquel precepto sartreano y podríamos decir que su compromiso y sus pifias, su intervención incluso aparatosa en la esfera pública, su empecinamiento, su ateísmo religioso e ideológico (que le genera el reproche o la incomprensión de los clérigos y de sus mantenedores) son la aplicación tentativa de dicho programa, tan temprano. Por esto, pudo hacer propio aquel precepto de ese otro gran solitario, de ese otro emboscado que se ofrece al mundo, de Ernst Jünger: “El poder y la salud están en quien no siente miedo”. Y el miedo principal es la muerte. Por eso, años después, bien puede decirse que La vida eterna, de Fernando Savater, una obra aparentemente dedicada a la religión, en el fondo está destinada a examinar ese escándalo que es la muerte. Pienso en ello, en el ateísmo saludable que profesa Savater...
Pues bien, creo que Fernando Savater ha sido fiel a aquel precepto sartreano y podríamos decir que su compromiso y sus pifias, su intervención incluso aparatosa en la esfera pública, su empecinamiento, su ateísmo religioso e ideológico (que le genera el reproche o la incomprensión de los clérigos y de sus mantenedores) son la aplicación tentativa de dicho programa, tan temprano. Por esto, pudo hacer propio aquel precepto de ese otro gran solitario, de ese otro emboscado que se ofrece al mundo, de Ernst Jünger: “El poder y la salud están en quien no siente miedo”. Y el miedo principal es la muerte. Por eso, años después, bien puede decirse que La vida eterna, de Fernando Savater, una obra aparentemente dedicada a la religión, en el fondo está destinada a examinar ese escándalo que es la muerte. Pienso en ello, en el ateísmo saludable que profesa Savater...
O quizá no: quizá –como él mismo indica-- no pueda llamarse ateísmo a lo que es una actitud irreligiosa en Savater, ajena totalmente a la religión. De eso tratan estas páginas: de cómo refundar la vida individual del sí mismo en un espacio hospitalario, legal, democrático y laico sin guarecerse en el colectivismo, en las creencias que nos permiten abdicar a cada uno de nosotros, de lo que somos y de lo que nos espera: la muerte sin esperanza.
Qué lejos nos queda la Providencia a quienes –como Savater-- carecemos de “oído musical para la religión” (por decirlo con Max Weber) o a quienes nos profesamos anticlericales. “El anticlericalismo es una visión política, no epistemológica o metafísica”, dice Richard Rorty en El futuro de la religión, un libro del que es coautor con Gianni Vattimo, y a quienes Savater cita críticamente en su obra.
Qué lejos nos queda la Providencia a quienes –como Savater-- carecemos de “oído musical para la religión” (por decirlo con Max Weber) o a quienes nos profesamos anticlericales. “El anticlericalismo es una visión política, no epistemológica o metafísica”, dice Richard Rorty en El futuro de la religión, un libro del que es coautor con Gianni Vattimo, y a quienes Savater cita críticamente en su obra.
“Las instituciones eclesiásticas, a pesar de todo el bien que hacen –a pesar del consuelo que ofrecen a los que están en situación de necesidad o hasta de desesperación–, son peligrosas para la salud de las sociedades democráticas”, añade Rorty. “Según nuestro punto de vista, la religión resulta inobjetable en la medida en que se privatice, en la medida en que las instituciones eclesiásticas no pretendan convocar a los fieles en pos de propuestas políticas y en la medida en que tanto creyentes como no creyentes estén de acuerdo en seguir una política de vivir y dejar vivir”. Algo semejante podría defender el Savater maduro y actual, por oposición –seguro— al Savater nietzscheano...
Lejos de profesar el laicismo, Sarkozy prefiere reivindicar la laicidad de la República (por decirlo con una palabra más propiamente francesa), es decir, la igualdad jurídico-política de los credos. No hay confesión que esté por encima y, por tanto, las distintas Iglesias deben estar amparadas por las leyes, que deben cumplir (...) De todos modos, las reflexiones de Sarkozy van más allá, precisamente porque la importancia del islam en la Francia de hoy exige ciertas reformas a las que este político no se opone
Los creyentes tienen derecho a manifestar su contento y su fe. Pero lo que las Iglesias no pueden olvidar es que su referencia moral no tiene por qué imponerse a toda la ciudadanía; igual que nuestras autoridades no deben ignorar que hay una parte de la población que tiene un oído “religiosamente no musical”, que hay una parte de la población que es agnóstica o atea. “Los que son indiferentes a la cuestión de la existencia de Dios”, apostillaba Rorty, no tienen derecho a despreciar a los que creen apasionadamente en su existencia. Y en ese punto el Nietzsche más tremebundo se bate en retirada (como el Savater más radical). Pero de igual modo los que creen apasionadamente en la Providencia no tienen derecho alguno a reprenderlos por no acudir a un Rosario o a una Misa o por no seguir los preceptos que esa Iglesia impone. Más aún, esos preceptos no pueden contradecir las normas comunes a que están obligados los ciudadanos de una democracia.
Por tomarme en serio esta conclusión, que Savater repite una y otra vez –obvia, por otra parte--, decidí leer lo que sobre este mismo punto sostiene Nicolas Sarkozy. Son interesantes el ejemplo y la comparación, pues el afrancesamiento del filósofo donostiarra obliga: obliga a compararlo con lo que ahora se dice del laicismo en Francia. Y en este punto Sarkozy es quien ha dicho las cosas más interesantes: las más interesantes y discutibles.
Lejos de profesar el laicismo, Sarkozy prefiere reivindicar la laicidad de la República (por decirlo con una palabra más propiamente francesa), es decir, la igualdad jurídico-política de los credos. No hay confesión que esté por encima y, por tanto, las distintas Iglesias deben estar amparadas por las leyes, que deben cumplir (...) De todos modos, las reflexiones de Sarkozy van más allá, precisamente porque la importancia del islam en la Francia de hoy exige ciertas reformas a las que este político no se opone
Los creyentes tienen derecho a manifestar su contento y su fe. Pero lo que las Iglesias no pueden olvidar es que su referencia moral no tiene por qué imponerse a toda la ciudadanía; igual que nuestras autoridades no deben ignorar que hay una parte de la población que tiene un oído “religiosamente no musical”, que hay una parte de la población que es agnóstica o atea. “Los que son indiferentes a la cuestión de la existencia de Dios”, apostillaba Rorty, no tienen derecho a despreciar a los que creen apasionadamente en su existencia. Y en ese punto el Nietzsche más tremebundo se bate en retirada (como el Savater más radical). Pero de igual modo los que creen apasionadamente en la Providencia no tienen derecho alguno a reprenderlos por no acudir a un Rosario o a una Misa o por no seguir los preceptos que esa Iglesia impone. Más aún, esos preceptos no pueden contradecir las normas comunes a que están obligados los ciudadanos de una democracia.
Por tomarme en serio esta conclusión, que Savater repite una y otra vez –obvia, por otra parte--, decidí leer lo que sobre este mismo punto sostiene Nicolas Sarkozy. Son interesantes el ejemplo y la comparación, pues el afrancesamiento del filósofo donostiarra obliga: obliga a compararlo con lo que ahora se dice del laicismo en Francia. Y en este punto Sarkozy es quien ha dicho las cosas más interesantes: las más interesantes y discutibles.
Admito que es un político con ideas que sabe expresarlas y que tiene el don de la oratoria y de la convicción. Es tal el empeño que le pone a sus intervenciones que es capaz de hacernos olvidar sus incongruencias o su conservadurismo imaginativo. He releído La República, las religiones, la esperanza para cotejar esas ideas con las de Savater. Es un libro-entrevista de 2004 –ahora traducido– en el que el político francés se explaya sobre las creencias y sobre su condición de ministro de Cultos (función asociada al Ministerio del Interior).
Lejos de profesar el laicismo, Sarkozy prefiere reivindicar la laicidad de la República (por decirlo con una palabra más propiamente francesa), es decir, la igualdad jurídico-política de los credos. No hay confesión que esté por encima y, por tanto, las distintas Iglesias deben estar amparadas por las leyes, que deben cumplir. En principio, no es nada audaz afirmar eso, pues la República francesa no reconoce, no paga salario ni subvenciona ningún culto desde la Ley de 1905. De todos modos, las reflexiones de Sarkozy van más allá, precisamente porque la importancia del islam en la Francia de hoy exige ciertas reformas a las que este político no se opone.
En cualquier caso, la parte que a mí me ha resultado más interesante y discutible es la que hace referencia a esa palabra, esperanza: un vocablo que repele a Nietzsche o a Savater o a cualquier ateo (yo mismo), y que el ex ministro repite una y otra vez. La vida es corta y, además, es humanamente inexplicable su significado, dice. No hay argumento filosófico o antropológico que sea suficiente, que dé sentido a esa brevedad y al hecho inapelable que implica morirse. Por eso, a los individuos no les basta con ser ciudadanos, incluso no les satisface ser ciudadanos honestos. Necesitan tener esperanza: en el más allá inexplicable, añade Sarkozy.
En cualquier caso, la parte que a mí me ha resultado más interesante y discutible es la que hace referencia a esa palabra, esperanza: un vocablo que repele a Nietzsche o a Savater o a cualquier ateo (yo mismo), y que el ex ministro repite una y otra vez. La vida es corta y, además, es humanamente inexplicable su significado, dice. No hay argumento filosófico o antropológico que sea suficiente, que dé sentido a esa brevedad y al hecho inapelable que implica morirse. Por eso, a los individuos no les basta con ser ciudadanos, incluso no les satisface ser ciudadanos honestos. Necesitan tener esperanza: en el más allá inexplicable, añade Sarkozy.
Aunque no lo cita, esta conclusión recuerda en algún momento al arrobo místico que sintiera Ludwig Wittgenstein ante el hecho religioso: no lo puedo explicar, ni siquiera puedo hablar de un sentido que no puede expresarse con el lenguaje del mundo, pero le tengo enorme respeto a la creencia que proporciona esperanza, a ese absoluto que me obliga a preguntarme… Más aún, añade Sarkozy, la religión es comunidad y, por tanto, anuda lazos entre individuos que, de otro modo, estarían desorientados. O, por decirlo con palabras de la tradición sociológica francesa --Émile Durkheim, a quien no cita--, una Iglesia es una comunidad moral en la que los creyentes se sienten vinculados por normas comunes, por valores compartidos, por una cierta idea de lo sagrado y de lo profano. Justamente, lo que Savater no olvida.
Lean a Savater y discúlpenle el hecho de que su anticlericalismo se haya atemperado. Lo que no ha menguado es su arrojo vital, esa certidumbre nietzcheana que sostiene que la vida se acaba aquí, en un presente civil y republicano en el que no hay esperanza trascendental que nos salve. Mal que le pese a Sarkozy o a su prologuista español: José María Aznar
La religión proporciona cohesión, una forma secular de consenso: una gran ventaja para la estabilidad de la sociedad, podríamos decir con Durkheim. Los individuos forjan sus preferencias a partir de unas expectativas que la propia sociedad alimenta; ésta les da o les quita los medios para satisfacerlas. Si se carece de esperanza religiosa, la frustración de esas expectativas (y la principal es la vida eterna) nos deja peligrosamente desamparados. “La cuestión espiritual es la cuestión de la esperanza, la esperanza de una perspectiva de realización en la eternidad después de la muerte”, precisa Sarkozy.
Lean a Savater y discúlpenle el hecho de que su anticlericalismo se haya atemperado. Lo que no ha menguado es su arrojo vital, esa certidumbre nietzcheana que sostiene que la vida se acaba aquí, en un presente civil y republicano en el que no hay esperanza trascendental que nos salve. Mal que le pese a Sarkozy o a su prologuista español: José María Aznar
La religión proporciona cohesión, una forma secular de consenso: una gran ventaja para la estabilidad de la sociedad, podríamos decir con Durkheim. Los individuos forjan sus preferencias a partir de unas expectativas que la propia sociedad alimenta; ésta les da o les quita los medios para satisfacerlas. Si se carece de esperanza religiosa, la frustración de esas expectativas (y la principal es la vida eterna) nos deja peligrosamente desamparados. “La cuestión espiritual es la cuestión de la esperanza, la esperanza de una perspectiva de realización en la eternidad después de la muerte”, precisa Sarkozy.
“El hombre experimenta la necesidad de la esperanza desde que es consciente de tener un destino”. De ahí viene que la amenaza de una muerte sin esperanza sólo provoque decepción profunda, incluso una quiebra absoluta de la propia voluntad de vivir. A eso, Émile Durkheim lo llamaba la anomia, la pérdida del sentido, la falta de valores, una evaporación de toda axiología.
La vida nos decepciona, insiste Sarkozy, y, por eso, necesitamos la esperanza y la comunidad que nos procura la religión. Desde ese punto de vista, las creencias son beneficiosas para la República. Ya no estamos en tiempos de lucha anticlerical, añade un Sarkozy que parece responder a Savater, porque el catolicismo ultramontano y político ha remitido: no interfiere. Por tanto, un laicismo como combate antirreligioso carece de sentido y, además, entraña peligros, concluye. De triunfar, dejaría a los ciudadanos sin referencias: sin las beneficiosas ataduras de la identidad. Por eso, este creyente tibio que es Sarkozy valora muy positivamente el catolicismo como factor de equilibrio social: ya no es un riesgo para la República, insiste.
“A lo largo de los años”, dice, “la religión católica ha tenido un papel de instrucción cívica y moral ligada a la catequesis que existía en todos los pueblos de Francia. El catecismo ha dotado de un sentido moral bastante afinado a generaciones enteras de ciudadanos. En tiempos se recibía educación religiosa incluso en las familias no creyentes. Eso permitía la recepción de valores necesarios para el equilibrio de la sociedad”, acaba diciendo Sarkozy cuando apela implícitamente a la idea durkheimiana de cohesión comunitaria y moral.
La vida nos decepciona, insiste Sarkozy, y, por eso, necesitamos la esperanza y la comunidad que nos procura la religión. Desde ese punto de vista, las creencias son beneficiosas para la República. Ya no estamos en tiempos de lucha anticlerical, añade un Sarkozy que parece responder a Savater, porque el catolicismo ultramontano y político ha remitido: no interfiere. Por tanto, un laicismo como combate antirreligioso carece de sentido y, además, entraña peligros, concluye. De triunfar, dejaría a los ciudadanos sin referencias: sin las beneficiosas ataduras de la identidad. Por eso, este creyente tibio que es Sarkozy valora muy positivamente el catolicismo como factor de equilibrio social: ya no es un riesgo para la República, insiste.
“A lo largo de los años”, dice, “la religión católica ha tenido un papel de instrucción cívica y moral ligada a la catequesis que existía en todos los pueblos de Francia. El catecismo ha dotado de un sentido moral bastante afinado a generaciones enteras de ciudadanos. En tiempos se recibía educación religiosa incluso en las familias no creyentes. Eso permitía la recepción de valores necesarios para el equilibrio de la sociedad”, acaba diciendo Sarkozy cuando apela implícitamente a la idea durkheimiana de cohesión comunitaria y moral.
¿Y el islam? “En Francia por doquier, y en mayor medida en las barriadas que concentran todas las desesperanzas, es preferible que los jóvenes tengan esperanza espiritual en vez de tener en la cabeza como única religión la violencia, la droga o el dinero”.
Si leen el volumen de Savater, no creo que nuestro filósofo pueda llegar convenir en algo así, tan conservador. Es probable que ya no profese el culto del Nietzsche más tremebundo, pero no es menos cierto que para él cualquier concesión a la religiosidad como excusa moral es el principio de una derrota. Lean a Savater y discúlpenle el hecho de que su anticlericalismo se haya atemperado.
Si leen el volumen de Savater, no creo que nuestro filósofo pueda llegar convenir en algo así, tan conservador. Es probable que ya no profese el culto del Nietzsche más tremebundo, pero no es menos cierto que para él cualquier concesión a la religiosidad como excusa moral es el principio de una derrota. Lean a Savater y discúlpenle el hecho de que su anticlericalismo se haya atemperado.
Lo que no ha menguado es su arrojo vital, esa certidumbre nietzcheana que sostiene que la vida se acaba aquí, en un presente civil y republicano en el que no hay esperanza trascendental que nos salve. Mal que le pese a Sarkozy o a su prologuista español: José María Aznar. En efecto, el prólogo lo firma el ex Presidente del Gobierno y he de reconocer que no está a la altura del vuelo místico de su amigo francés. Mientras Sarkozy habla de la esperanza y de lo absoluto, categorías de honda raigambre religiosa (wittgensteiniana, diría), el mandatario español insiste en la excelencia, palabra de orden entre los conservadores locales que yo no le he leído al político francés en estas páginas. Aznar insiste también en asociar la ideología socialista al relativismo, curiosa aleación sobre la que tampoco Sarkozy se extiende y que, de ser debatida por Savater, habría merecido un severo rapapolvo.
Aunque pueda rebatir la posmodernidad muelle, a nuestro filósofo no le gusta (evidentemente) el esplendor religioso, esas “manifestaciones dogmáticas” que en España se han convocado “contra la ley del matrimonio de homosexuales y la escuela laica”, según dice: algo impensable en la Francia republicana. Y, más aún, le disgustan especialmente el peso, el papel, el poder de los creyentes en la esfera pública, unos fieles que no se toman “su fe como una forma poética o metafórica de dar cuenta de sus emociones ante el misterioso universo y ante la vida” (como aceptaría un Wittgenstein místico), “sino como explicaciones efectivas y eficaces de lo que somos y de lo que podemos esperar”.
Aunque pueda rebatir la posmodernidad muelle, a nuestro filósofo no le gusta (evidentemente) el esplendor religioso, esas “manifestaciones dogmáticas” que en España se han convocado “contra la ley del matrimonio de homosexuales y la escuela laica”, según dice: algo impensable en la Francia republicana. Y, más aún, le disgustan especialmente el peso, el papel, el poder de los creyentes en la esfera pública, unos fieles que no se toman “su fe como una forma poética o metafórica de dar cuenta de sus emociones ante el misterioso universo y ante la vida” (como aceptaría un Wittgenstein místico), “sino como explicaciones efectivas y eficaces de lo que somos y de lo que podemos esperar”.
Y eso, que Sarkozy evita tratar directamente, Aznar lo aprueba: a distancia –claro— del “ateísmo” de Savater. Si uno mismo se declara ateo (y esa revelación de quien reseña es algo que sólo interesa relativamente), en principio no tiene más que aprobar la posición del filósofo español. Pero hay un problema, un problema que prueba su egregio fracaso: nada de lo que aquí dice –ahora con más erudición, con mayor madurez— es realmente nuevo. Como sigo con interés al Savater ateo, al intelectual que interviene contra el confesionalismo voraz, estas declaraciones se las tengo leídas treinta, veinte, diez años atrás. Se las leí en La piedad apasionada, en Invitación a la ética, en Ética como amor propio, en el Diccionario filosófico, en Las preguntas de la vida… Como dijo el propio filósofo, ésa es la prueba del mayor revés: si unas ideas interesantes, razonables, incluso exactas, han de ser repetidas una y otra vez, entonces hay que admitir el propio chasco: el rotundo mentís que Savater recibe es el de la muerte que espanta y que a tantos hace aproximarse a las creencias y a la fe.
La religión no es un dato del pasado, una ilusión del pasado: para muchos, la fe perdura, como permanece el porvenir de una gran ilusión, de una gran compensación, de una gran coartada, de un gran consuelo.
En fin, del Savater que dejó de ser católico podríamos afirmar lo que Borges decía de sí mismo: “los católicos creen en un mundo ultraterreno, pero he notado que no se interesan en él. Conmigo ocurre lo contrario; me interesa y no creo”. A Savater le interesa la vida eterna, pero no cree.
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Narrativa literatura europea
Héroes Corrientes
por David Yagüe
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Scott Turow, un abogado especialista en best–sellers legales al más puro estilo John Grisham (sin duda su obra más conocida es Presunto Inocente) vuelve a la carga con una historia de juicios. Pero esta vez, aunque el protagonista principal de la novela sea un fiscal militar, los juicios no son legales sino históricos y personales.
La historia de Stewart Dubinsky, un periodista retirado sin mucho éxito, descubre al morir su padre, un respetado abogado e intachable cabeza de familia al que sentía que apenas conocía, unos documentos que revelan que fue objeto de un consejo de guerra al terminar la Segunda Guerra Mundial.
A pesar de la opinión de su madre y hermana Stewart decide ahondar en aquella historia ocultada por sus padres. Y así, a modo de flashback, la historia principal de la novela es la del capitán Dubin, fiscal del ejército de los Estados Unidos, durante los seis meses que participó en la contienda Europea.
Sin embargo, lo que tenía que ser una vida de retaguardia para el joven e idealista abogado cambia cuando es encargado de investigar y detener al comandante Martin, un levantisco comando de la OSS (antecedente de la CIA) del que se sospecha espía soviético.
Su peripecia tras este misterioso aventurero y la seductora mujer de origen polaco que le acompaña llevarán a Dubin a los escenarios más cruentos de la guerra (la Batalla de las Ardenas, la liberación de los campos de exterminio nazi) y le harán descubrir todo el horror de la guerra además de los límites a los que puede llegar.
Héroes Corrientes es una narración con aires de novela bélica y detalles de thriller legal. A pesar de algunos clichés románticos y aventureros, posee una historia principal muy interesante y documentada, algunas secundarias sobresalientes (la de Biddy, el policía militar que acompaña a Dubin es sensacional) y unos personajes trabajados que se sobreponen a un estilo literario corriente y sin demasiada personalidad.
A lo que se suma que Turow se muestra capaz de tratar temas profundos como la heroicidad, la lealtad, el amor, la amistad, las relaciones paternofiliales, sin caer en falsos sentimentalismos o discursos maniqueos de todo a cien, y con discurso reflexivo, muy al estilo de una de las últimas películas de Clint Eastwood, Banderas De Nuestros Padres.
Esta novela es, sin duda, un best-seller, pero de calidad y con una historia original y atractiva que realmente merece la pena.
por David Yagüe
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Scott Turow, un abogado especialista en best–sellers legales al más puro estilo John Grisham (sin duda su obra más conocida es Presunto Inocente) vuelve a la carga con una historia de juicios. Pero esta vez, aunque el protagonista principal de la novela sea un fiscal militar, los juicios no son legales sino históricos y personales.
La historia de Stewart Dubinsky, un periodista retirado sin mucho éxito, descubre al morir su padre, un respetado abogado e intachable cabeza de familia al que sentía que apenas conocía, unos documentos que revelan que fue objeto de un consejo de guerra al terminar la Segunda Guerra Mundial.
A pesar de la opinión de su madre y hermana Stewart decide ahondar en aquella historia ocultada por sus padres. Y así, a modo de flashback, la historia principal de la novela es la del capitán Dubin, fiscal del ejército de los Estados Unidos, durante los seis meses que participó en la contienda Europea.
Sin embargo, lo que tenía que ser una vida de retaguardia para el joven e idealista abogado cambia cuando es encargado de investigar y detener al comandante Martin, un levantisco comando de la OSS (antecedente de la CIA) del que se sospecha espía soviético.
Su peripecia tras este misterioso aventurero y la seductora mujer de origen polaco que le acompaña llevarán a Dubin a los escenarios más cruentos de la guerra (la Batalla de las Ardenas, la liberación de los campos de exterminio nazi) y le harán descubrir todo el horror de la guerra además de los límites a los que puede llegar.
Héroes Corrientes es una narración con aires de novela bélica y detalles de thriller legal. A pesar de algunos clichés románticos y aventureros, posee una historia principal muy interesante y documentada, algunas secundarias sobresalientes (la de Biddy, el policía militar que acompaña a Dubin es sensacional) y unos personajes trabajados que se sobreponen a un estilo literario corriente y sin demasiada personalidad.
A lo que se suma que Turow se muestra capaz de tratar temas profundos como la heroicidad, la lealtad, el amor, la amistad, las relaciones paternofiliales, sin caer en falsos sentimentalismos o discursos maniqueos de todo a cien, y con discurso reflexivo, muy al estilo de una de las últimas películas de Clint Eastwood, Banderas De Nuestros Padres.
Esta novela es, sin duda, un best-seller, pero de calidad y con una historia original y atractiva que realmente merece la pena.
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Narrativa literatura anglosajona
Libro: "El presente absoluto". Periodismo, política y filosofía en la Argentina del tercer milenio.
Autor: Tomás Abraham. Editorial Sudamericana. 384 páginas.
“El presente absoluto” es un título contundente para presentar este nuevo libro de Tomás Abraham, para quien “en el sinfín de la política argentina aquello que vuelve lo hace cambiando como una sustancia con nuevos ropajes”. Si alguien espera encontrar en sus páginas los problemas argentinos vistos desde la perspectiva de un análisis filosófico, se equivoca. No pretende comprender, ya que para él hay poco tiempo para eso. Su propósito “es intervenir. Hablar para dejar de oír”.
El autor se ubica dentro del campo de la opinión, que es cambiante y se guía por las apariencias. Se diferencia de las estrellas mediáticas de la información —cuya opinión se transmite como espectáculo— al presentarse como un contraopinador. Con la seguridad que le dan su profesión de filósofo, varios libros publicados y una conocida trayectoria académica, hace pie en el lugar de la trasgresión, para reunir en un volumen muchos artículos, notas y ensayos breves escritos en medios gráficos y digitales entre 2001 y 2006. Justifica su postura al afirmar que “la opinión no es decir simplemente lo que uno cree, la opinión se trabaja, se construye con la materia prima que son opiniones, imágenes, íconos, símbolos. Y la formación filosófica da una gimnasia mental”.
Con un estilo periodístico autoreferencial, y por momentos hasta cínico, aborda temas como: “Del éxito y del fracaso en política”, Piratería y Derechos Humanos”, “Política y filosofía”, entre otros. En el artículo “La Argentina como problema filosófico”, se puede encontrar un pormenorizado currículum del autor, repasar la temática de algunos de sus libros, comprender el porqué de sus preferencias ideológicas y también compartir algunas reflexiones sobre cómo define la cruzada moral y cómo se construyeron los herejes subversivos durante el gobierno de Onganía.
En el Apéndice incluye lo que denomina “Mapa conceptual de la política argentina” —un bosquejo nuevas categorías de análisis de nuestra realidad— compuesto por una serie de neologismos como, entre otros, la pornopolítica: la especialidad de los tramposos; el microfascismo: una idea que posibilita una mirada no convencional sobre las variadas formas de violencia en las relaciones humanas. También aparecen palabras comunes tales como angostura, fisura, morosidad, ligereza y crepúsculo, pero que están redefinidas para su utilización en el discurso de la política local.
Aunque el libro sea un conjunto de apuntes donde se suceden reflexiones cotidianas, Abraham lo nombra con un concepto totalizador. Lo absoluto es lo independiente de todo ser, de todo accidente; aquello que subsiste por sí mismo. Se puede hablar de poder absoluto, verdad absoluta o bien absoluto como ideas que incluyen toda la realidad de lo conceptualizado. Desde su pensamiento se insinúa que el estado de crisis es el presente absoluto de la Argentina y se pregunta si “¿ya pasó el temporal o estamos en el ojo del tornado? la aparente tranquilidad de hoy no es otra cosa que el maquillaje de una nueva crisis en gestación o, simplemente, el mismo conflicto de siempre en un período de reposo.”
Sin embargo la fortaleza del título se va diluyendo a medida que se avanza en la lectura, ya sea porque la temática ha perdido vigencia o porque de poco sirven las confesiones autocríticas.
Por Catalina Pantuso
catalina@otubre.org.ar
Autor: Tomás Abraham. Editorial Sudamericana. 384 páginas.
“El presente absoluto” es un título contundente para presentar este nuevo libro de Tomás Abraham, para quien “en el sinfín de la política argentina aquello que vuelve lo hace cambiando como una sustancia con nuevos ropajes”. Si alguien espera encontrar en sus páginas los problemas argentinos vistos desde la perspectiva de un análisis filosófico, se equivoca. No pretende comprender, ya que para él hay poco tiempo para eso. Su propósito “es intervenir. Hablar para dejar de oír”.
El autor se ubica dentro del campo de la opinión, que es cambiante y se guía por las apariencias. Se diferencia de las estrellas mediáticas de la información —cuya opinión se transmite como espectáculo— al presentarse como un contraopinador. Con la seguridad que le dan su profesión de filósofo, varios libros publicados y una conocida trayectoria académica, hace pie en el lugar de la trasgresión, para reunir en un volumen muchos artículos, notas y ensayos breves escritos en medios gráficos y digitales entre 2001 y 2006. Justifica su postura al afirmar que “la opinión no es decir simplemente lo que uno cree, la opinión se trabaja, se construye con la materia prima que son opiniones, imágenes, íconos, símbolos. Y la formación filosófica da una gimnasia mental”.
Con un estilo periodístico autoreferencial, y por momentos hasta cínico, aborda temas como: “Del éxito y del fracaso en política”, Piratería y Derechos Humanos”, “Política y filosofía”, entre otros. En el artículo “La Argentina como problema filosófico”, se puede encontrar un pormenorizado currículum del autor, repasar la temática de algunos de sus libros, comprender el porqué de sus preferencias ideológicas y también compartir algunas reflexiones sobre cómo define la cruzada moral y cómo se construyeron los herejes subversivos durante el gobierno de Onganía.
En el Apéndice incluye lo que denomina “Mapa conceptual de la política argentina” —un bosquejo nuevas categorías de análisis de nuestra realidad— compuesto por una serie de neologismos como, entre otros, la pornopolítica: la especialidad de los tramposos; el microfascismo: una idea que posibilita una mirada no convencional sobre las variadas formas de violencia en las relaciones humanas. También aparecen palabras comunes tales como angostura, fisura, morosidad, ligereza y crepúsculo, pero que están redefinidas para su utilización en el discurso de la política local.
Aunque el libro sea un conjunto de apuntes donde se suceden reflexiones cotidianas, Abraham lo nombra con un concepto totalizador. Lo absoluto es lo independiente de todo ser, de todo accidente; aquello que subsiste por sí mismo. Se puede hablar de poder absoluto, verdad absoluta o bien absoluto como ideas que incluyen toda la realidad de lo conceptualizado. Desde su pensamiento se insinúa que el estado de crisis es el presente absoluto de la Argentina y se pregunta si “¿ya pasó el temporal o estamos en el ojo del tornado? la aparente tranquilidad de hoy no es otra cosa que el maquillaje de una nueva crisis en gestación o, simplemente, el mismo conflicto de siempre en un período de reposo.”
Sin embargo la fortaleza del título se va diluyendo a medida que se avanza en la lectura, ya sea porque la temática ha perdido vigencia o porque de poco sirven las confesiones autocríticas.
Por Catalina Pantuso
catalina@otubre.org.ar
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Periodismo argentino
LITERATURA › EL COLOMBIANO SANTIAGO GAMBOA HABLA DE "NECROPOLIS", SU NOVELA MAS AMBICIOSA
“Una tormenta de heroísmo y cobardía”
Así define el autor de El cerco de Bogotá a su nueva novela, que profundiza obsesiones anteriores y lo hace a un ritmo que, como diría uno de los protagonistas de su obra, atrapa “del forro interno de los huevos, con perdón de los artepuristas”.
Por Facundo García
Hay pocos narradores capaces de abordar con la misma destreza a personajes tan disímiles como los de Necrópolis, la novela de Santiago Gamboa que recibió el premio La Otra Orilla y acaba de publicar Norma. Las criaturas del colombiano –frecuentemente tiernas, siempre desesperadas– pululan en cuatrocientas cincuenta páginas que a poco de arrancar provocan el extraño deseo de una segunda lectura. Así, el autor profundiza obsesiones anteriores sin caer en la trampa del virtuosismo, y lo hace a un ritmo que, como diría uno de los protagonistas de su obra, atrapa “del forro interno de los huevos, con perdón de los artepuristas”.
El detonante es casi remanido: un literato acaba de recuperarse tras una larga enfermedad y recibe la invitación para asistir a cierto congreso en Jerusalén. Sitiados por una guerra que sólo se mostrará lateralmente, los conferencistas se juntan para contarse biografías de individuos aparentemente comunes. Pero en este Decamerón del siglo XXI las cosas nunca son como parecen.
“Yo quería hacer un libro en el que estuvieran América latina, las guerras, el dolor, la violencia, el erotismo. Grandes ejes de lo que nos sucede cada día, y también de la ficción”, enumera Gamboa. Esos temas que pueden sonar rimbombantes encuentran en Necrópolis un suelo fértil para crecer y entrecruzarse en fuga armónica. Y no lo hacen a través de grandes figuras. Lo que hay es un manojo de almas que “intentan salir a buscar algo mejor, sin saber si en esa búsqueda los espera un infierno más aterrador que el que ya conocen”.
La apuesta, en cualquier caso, es ambiciosa. “Es que hay que ser ambicioso con la literatura, porque después uno termina escribiendo un veinticinco o treinta por ciento de lo que quiso hacer”, ironiza el bogotano cuando le consultan si costó mucho lograr que en una misma historia convivieran un escritor, un librero, un empresario judío-colombiano, una militante del “porno de izquierda” y un líder religioso lleno de tatuajes.
–Cada uno de sus personajes se expresa de modo completamente diferente, lo que le ha valido elogios de la crítica. Maturana, el pastor evangélico que reconoce haber dejado de ser un “tremendo pedazo de mierda untada a un palo” gracias al “Big Master” –es decir, Dios–, es especialmente fascinante, y de hecho “se roba” la novela. ¿Cómo hizo para captar los giros lingüísticos de un marginal latinoamericano de la actualidad, habiendo vivido tanto tiempo en Europa?
–Justamente, yo buscaba hacer de Maturana una especie de representación de América latina. Como eso era muy amplio, lo reduje al área del Caribe. Luego de veintidós años fuera de Colombia he aprendido que los que se sienten más latinoamericanos tienden a ser los que están viviendo afuera. Por eso situé a Maturana en Miami. En lugares como ése, uno descubre cómo millones de latinoamericanos se aferran a su identidad y al sueño de inventarse una existencia digna, a pesar de estar rodeados de violencia.
–En ese intento por aguantar, el colombiano y el argentino se acercarían...
–Mira, yo me di cuenta de lo que era ser latinoamericano estando en España. Si pasaba algo, automáticamente uno sabía que los de la Argentina, Perú, México o cualquier otro rincón de aquí iban a estar junto a uno, aun cuando no conocieras sus países ni supieras quiénes eran. Funcionaba así: de un lado los españoles y del otro, nosotros. No por una cuestión de enfrentamiento, sino por una cercanía tácita e inmediata, como cuando entras a una fiesta y reconoces a un pariente. Entonces quise hacer un individuo que contuviera esta unidad. Me gusta imaginar a Maturana como metáfora. Un poco perdido, un poco golpeado, haciendo grandes esfuerzos por creer en algo y encontrándose con una realidad dura. Se parece bastante al continente.
Necrópolis viene a continuar una línea ya presente en El síndrome de Ulises.
“Intuía que esa idea de un ‘carrusel de voces de gente común’ podía llevarse más allá. En la calle uno encuentra tormentas de heroísmo, cobardía, mentiras, traición, lealtad, amor. Te aseguro que eso se ve con más claridad y belleza en los barrios que en las sagas de los grandes héroes. Para mí lo de los héroes responde a una mirada reaccionaria, incluso desde el punto de vista estético”, define el entrevistado.
Los engendros de Gamboa tienen erecciones inesperadas, revisan el Facebook, se mojan los calzones y tienen crisis de confianza. Esos actos diminutos contribuyen a dar carnadura a un relato que sería poco creíble de no haber pasado por una pluma experta, que además se identifica con la literatura como trinchera posible para dispararle a la estupidez.
Claro que cuando este colombiano de hablar pausado dice “literatura” no está hablando de todo lo que se escribe, y mucho menos de todo lo que hacen aquellos que se dedican a los libros. Por eso se permite retratar con acidez las situaciones que se dan en las reuniones entre intelectuales.
Se burla, por ejemplo, del chupamedismo que hay hacia los editores; de cómo “los escritores y escritoras hacen denuncias, toman partido y elevan la voz, lo que les da una gran visibilidad en la prensa”; de la manera en que “los libros del polemista serán los más vendidos” y de cómo al final “los bancos y las entidades financieras o políticas” que esponsorean los encuentros querrán continuar poniendo plata en la organización, “incluso con el apoyo de la autoridad que fue criticada o insultada”.
Esa mirada ajena a los circos de la palabra tiene raíz en la experiencia de haber pasado por situaciones que ponen al lenguaje en crisis. En 1993, durante la guerra de Bosnia, Gamboa fue corresponsal en Sarajevo por cuatro meses. Los misiles estallaban sobre las casas, mientras la miseria repartía actos sublimes y traiciones que muchas veces eran cometidos por una misma persona en el lapso de dos o tres horas.
“Yo era corresponsal en París, y cada vez que volvía a Francia sentía que allí había un lujo insultante. Lo real estaba ahí donde había tantos hombres y mujeres dispuestos a hacer lo que fuera para subsistir. Ahí estaba la belleza y lo admirable que tiene la defensa de la vida”, rememora el artista. Muchas sensaciones de aquella tragedia terminaron en su prosa.
“Una tormenta de heroísmo y cobardía”
Así define el autor de El cerco de Bogotá a su nueva novela, que profundiza obsesiones anteriores y lo hace a un ritmo que, como diría uno de los protagonistas de su obra, atrapa “del forro interno de los huevos, con perdón de los artepuristas”.
Por Facundo García
Hay pocos narradores capaces de abordar con la misma destreza a personajes tan disímiles como los de Necrópolis, la novela de Santiago Gamboa que recibió el premio La Otra Orilla y acaba de publicar Norma. Las criaturas del colombiano –frecuentemente tiernas, siempre desesperadas– pululan en cuatrocientas cincuenta páginas que a poco de arrancar provocan el extraño deseo de una segunda lectura. Así, el autor profundiza obsesiones anteriores sin caer en la trampa del virtuosismo, y lo hace a un ritmo que, como diría uno de los protagonistas de su obra, atrapa “del forro interno de los huevos, con perdón de los artepuristas”.
El detonante es casi remanido: un literato acaba de recuperarse tras una larga enfermedad y recibe la invitación para asistir a cierto congreso en Jerusalén. Sitiados por una guerra que sólo se mostrará lateralmente, los conferencistas se juntan para contarse biografías de individuos aparentemente comunes. Pero en este Decamerón del siglo XXI las cosas nunca son como parecen.
“Yo quería hacer un libro en el que estuvieran América latina, las guerras, el dolor, la violencia, el erotismo. Grandes ejes de lo que nos sucede cada día, y también de la ficción”, enumera Gamboa. Esos temas que pueden sonar rimbombantes encuentran en Necrópolis un suelo fértil para crecer y entrecruzarse en fuga armónica. Y no lo hacen a través de grandes figuras. Lo que hay es un manojo de almas que “intentan salir a buscar algo mejor, sin saber si en esa búsqueda los espera un infierno más aterrador que el que ya conocen”.
La apuesta, en cualquier caso, es ambiciosa. “Es que hay que ser ambicioso con la literatura, porque después uno termina escribiendo un veinticinco o treinta por ciento de lo que quiso hacer”, ironiza el bogotano cuando le consultan si costó mucho lograr que en una misma historia convivieran un escritor, un librero, un empresario judío-colombiano, una militante del “porno de izquierda” y un líder religioso lleno de tatuajes.
–Cada uno de sus personajes se expresa de modo completamente diferente, lo que le ha valido elogios de la crítica. Maturana, el pastor evangélico que reconoce haber dejado de ser un “tremendo pedazo de mierda untada a un palo” gracias al “Big Master” –es decir, Dios–, es especialmente fascinante, y de hecho “se roba” la novela. ¿Cómo hizo para captar los giros lingüísticos de un marginal latinoamericano de la actualidad, habiendo vivido tanto tiempo en Europa?
–Justamente, yo buscaba hacer de Maturana una especie de representación de América latina. Como eso era muy amplio, lo reduje al área del Caribe. Luego de veintidós años fuera de Colombia he aprendido que los que se sienten más latinoamericanos tienden a ser los que están viviendo afuera. Por eso situé a Maturana en Miami. En lugares como ése, uno descubre cómo millones de latinoamericanos se aferran a su identidad y al sueño de inventarse una existencia digna, a pesar de estar rodeados de violencia.
–En ese intento por aguantar, el colombiano y el argentino se acercarían...
–Mira, yo me di cuenta de lo que era ser latinoamericano estando en España. Si pasaba algo, automáticamente uno sabía que los de la Argentina, Perú, México o cualquier otro rincón de aquí iban a estar junto a uno, aun cuando no conocieras sus países ni supieras quiénes eran. Funcionaba así: de un lado los españoles y del otro, nosotros. No por una cuestión de enfrentamiento, sino por una cercanía tácita e inmediata, como cuando entras a una fiesta y reconoces a un pariente. Entonces quise hacer un individuo que contuviera esta unidad. Me gusta imaginar a Maturana como metáfora. Un poco perdido, un poco golpeado, haciendo grandes esfuerzos por creer en algo y encontrándose con una realidad dura. Se parece bastante al continente.
Necrópolis viene a continuar una línea ya presente en El síndrome de Ulises.
“Intuía que esa idea de un ‘carrusel de voces de gente común’ podía llevarse más allá. En la calle uno encuentra tormentas de heroísmo, cobardía, mentiras, traición, lealtad, amor. Te aseguro que eso se ve con más claridad y belleza en los barrios que en las sagas de los grandes héroes. Para mí lo de los héroes responde a una mirada reaccionaria, incluso desde el punto de vista estético”, define el entrevistado.
Los engendros de Gamboa tienen erecciones inesperadas, revisan el Facebook, se mojan los calzones y tienen crisis de confianza. Esos actos diminutos contribuyen a dar carnadura a un relato que sería poco creíble de no haber pasado por una pluma experta, que además se identifica con la literatura como trinchera posible para dispararle a la estupidez.
Claro que cuando este colombiano de hablar pausado dice “literatura” no está hablando de todo lo que se escribe, y mucho menos de todo lo que hacen aquellos que se dedican a los libros. Por eso se permite retratar con acidez las situaciones que se dan en las reuniones entre intelectuales.
Se burla, por ejemplo, del chupamedismo que hay hacia los editores; de cómo “los escritores y escritoras hacen denuncias, toman partido y elevan la voz, lo que les da una gran visibilidad en la prensa”; de la manera en que “los libros del polemista serán los más vendidos” y de cómo al final “los bancos y las entidades financieras o políticas” que esponsorean los encuentros querrán continuar poniendo plata en la organización, “incluso con el apoyo de la autoridad que fue criticada o insultada”.
Esa mirada ajena a los circos de la palabra tiene raíz en la experiencia de haber pasado por situaciones que ponen al lenguaje en crisis. En 1993, durante la guerra de Bosnia, Gamboa fue corresponsal en Sarajevo por cuatro meses. Los misiles estallaban sobre las casas, mientras la miseria repartía actos sublimes y traiciones que muchas veces eran cometidos por una misma persona en el lapso de dos o tres horas.
“Yo era corresponsal en París, y cada vez que volvía a Francia sentía que allí había un lujo insultante. Lo real estaba ahí donde había tantos hombres y mujeres dispuestos a hacer lo que fuera para subsistir. Ahí estaba la belleza y lo admirable que tiene la defensa de la vida”, rememora el artista. Muchas sensaciones de aquella tragedia terminaron en su prosa.
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Narrativa literatura latinoamericana
La forma de blanquear el regreso del golpismo
Por Eduardo Febbro
Desde París
Nadie puede dudar de que Estados Unidos sea un irreductible promotor de la democracia en el mundo. En los últimos ocho años la impuso con bombas y una ocupación en Irak, la forzó con más bombas y otra invasión en Afganistán y acaba de recomponerla con camisa de fuerza y a su medida en Honduras mediante el inédito y payasesco blanqueo de un golpe de Estado que dejó al país con tres presidentes simultáneos: el depuesto Manuel Zelaya, el de facto Roberto Micheletti y el electo Porfirio Lobo. El imperio ha cambiado de dirigentes, pero sigue guardando en su corazón la iconografía de los santos redentores de la democracia y el bien, cuyos principios devastaron las democracias latinoamericanas a lo largo del siglo XX: no importa quién venga después, ni cuántas personas mueran, ni cuánto se degrade la institucionalidad o la dignidad, el derecho y la constitución.
Barack Obama le ha ofrecido a América latina el peor perfil de las administraciones norteamericanas: el apoyo al golpismo, el respaldo a la violación de todos los derechos. “No vine a discutir del pasado, vine a pensar en el futuro”, dijo Obama en la Cumbre de las Américas de abril en Trinidad y Tobago. Hoy podemos constatar que esa alianza es un pacto con el futuro apoyado en la reiteración obsesiva del pasado. Washington no ha cambiado. Durante los juicios a los represores latinoamericanos, en las entrevistas concedidas por los ex generales, a la pregunta “¿por qué tanto horror?” la respuesta fue invariable: “Porque eran comunistas, porque eran terroristas”. En los argumentos de los halcones de Bush la misma frase se repitió a lo largo de años. ¿Cómo una democracia como la norteamericana podía secuestrar, trasladar en secreto, encarcelar y torturar a miles de individuos en el mundo? “Porque eran terroristas islámicos.” La guerra contra el terror siguió los mismos pasos que la guerra contra el socialismo, el comunismo y los movimientos insurgentes en América latina.
El reconocimiento del proceso electoral hondureño responde a la misma abyección. La amenaza de un brazo de contornos chavistas en América Central justificó la invención de un golpe de Estado de nuevo tipo y su posterior legitimización: el golpe horizontal. Violencia presente pero gradual, asfixia paulatina de los actores políticos, desgaste de las discusiones, tenaza en cámara lenta sobre los pulmones de la sociedad. La debilidad del sistema multilateral latinoamericano contrasta con las valientes posiciones tomadas en los años ‘80 por los países que, en plena confrontación entre Estados Unidos y la Unión Soviética, osaron levantarse para frenar un conflicto armado generalizado en América Central. En enero de 1983, cuando los países de América Central estaban estrangulados por sus conflictos armados internos y se encaminaban al abismo de la guerra externa, los cancilleres de Colombia, México, Panamá y Venezuela se reunieron en la isla de Contadora con la meta de proponer una iniciativa de paz al conflicto centroamericano. Así nació el grupo de Contadora. Dos años más tarde, con la legitimidad de las urnas, Argentina, Uruguay, Brasil y Perú se unieron a Contadora para conformar el Grupo de Apoyo. Esos ocho países no sólo consiguieron evitar una guerra sino que pusieron en marcha uno de los procesos de pacificación regional más ambiciosos y complejos que hay en la historia, mientras Washington y Moscú dirimían sus diferendos y sus conquistas con la sangre derramada por inocentes de la periferia, entre ellas América Central. El actual presidente de Costa Rica, Oscar Arias, es un heredero del grupo de Contadora. Los acuerdos de Esquipulas I y Esquipulas II –por los cuales Arias recibió el Nobel de la Paz en 1987– no habrían nunca existido sin la fuerza concentrada de Contadora. Veinticinco años después no se puede sino constatar la ausencia de un multilateralismo eficaz y, más triste aún, la paradoja hiriente de ver a quienes fueron actores destacados de Contadora, a imagen y semejanza de Perú, Colombia, Panamá, Costa Rica y El Salvador, convertidos en obedientes reconocedores de las elecciones hondureñas.
Alan García era presidente de Perú cuando, con acentos de una combatividad juvenil, su país se sumó al grupo de Contadora. Oscar Arias fue el portador del montaje que salió del corazón de Contadora para pacificar América Central. El actual presidente de El Salvador, Mauricio Funes, pertenece al Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional, el FMLN, el partido que, en los años de Contadora, era una guerrilla proscrita. Washington, estos tres actores y Colombia fueron ahora los primeros en darles un sello de legitimidad a las urnas hondureñas. ¡Qué oprobio para los demócratas y los descendientes de las decenas y decenas de miles de víctimas que dejaron los conflictos armados en Centroamérica! Un pozo negro nos acecha, y no sólo porque Washington no ha cambiado. Los adversarios de Wa-shington también son prisioneros de lógicas del pasado. Cuando Hugo Chávez trata de “gladiador del antiimperialismo” al presidente iraní Mahmud Ahmadinejad, o cuando elogia en público a un dictador con las manos y la sombra llenas de sangre como el presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe, incurre en la misma tentación. Ahmadinejad fue reelecto con un fraude tan masivo como la improbable tasa de participación de las elecciones hondureñas. Robert Mugabe, el héroe de la independencia de Zimbabwe, transformó su mandato liberador en una vertiginosa autocracia que dejó decenas de miles de muertos. Las mismas conductas prevalecen en uno y otro lado de la frontera. No todos los enemigos del imperio son amigos nuestros, ni todos los adversarios de mis enemigos son aliados en el juego tramposo de una democracia renovada al compás de botas y fusiles.
Por Eduardo Febbro
Desde París
Nadie puede dudar de que Estados Unidos sea un irreductible promotor de la democracia en el mundo. En los últimos ocho años la impuso con bombas y una ocupación en Irak, la forzó con más bombas y otra invasión en Afganistán y acaba de recomponerla con camisa de fuerza y a su medida en Honduras mediante el inédito y payasesco blanqueo de un golpe de Estado que dejó al país con tres presidentes simultáneos: el depuesto Manuel Zelaya, el de facto Roberto Micheletti y el electo Porfirio Lobo. El imperio ha cambiado de dirigentes, pero sigue guardando en su corazón la iconografía de los santos redentores de la democracia y el bien, cuyos principios devastaron las democracias latinoamericanas a lo largo del siglo XX: no importa quién venga después, ni cuántas personas mueran, ni cuánto se degrade la institucionalidad o la dignidad, el derecho y la constitución.
Barack Obama le ha ofrecido a América latina el peor perfil de las administraciones norteamericanas: el apoyo al golpismo, el respaldo a la violación de todos los derechos. “No vine a discutir del pasado, vine a pensar en el futuro”, dijo Obama en la Cumbre de las Américas de abril en Trinidad y Tobago. Hoy podemos constatar que esa alianza es un pacto con el futuro apoyado en la reiteración obsesiva del pasado. Washington no ha cambiado. Durante los juicios a los represores latinoamericanos, en las entrevistas concedidas por los ex generales, a la pregunta “¿por qué tanto horror?” la respuesta fue invariable: “Porque eran comunistas, porque eran terroristas”. En los argumentos de los halcones de Bush la misma frase se repitió a lo largo de años. ¿Cómo una democracia como la norteamericana podía secuestrar, trasladar en secreto, encarcelar y torturar a miles de individuos en el mundo? “Porque eran terroristas islámicos.” La guerra contra el terror siguió los mismos pasos que la guerra contra el socialismo, el comunismo y los movimientos insurgentes en América latina.
El reconocimiento del proceso electoral hondureño responde a la misma abyección. La amenaza de un brazo de contornos chavistas en América Central justificó la invención de un golpe de Estado de nuevo tipo y su posterior legitimización: el golpe horizontal. Violencia presente pero gradual, asfixia paulatina de los actores políticos, desgaste de las discusiones, tenaza en cámara lenta sobre los pulmones de la sociedad. La debilidad del sistema multilateral latinoamericano contrasta con las valientes posiciones tomadas en los años ‘80 por los países que, en plena confrontación entre Estados Unidos y la Unión Soviética, osaron levantarse para frenar un conflicto armado generalizado en América Central. En enero de 1983, cuando los países de América Central estaban estrangulados por sus conflictos armados internos y se encaminaban al abismo de la guerra externa, los cancilleres de Colombia, México, Panamá y Venezuela se reunieron en la isla de Contadora con la meta de proponer una iniciativa de paz al conflicto centroamericano. Así nació el grupo de Contadora. Dos años más tarde, con la legitimidad de las urnas, Argentina, Uruguay, Brasil y Perú se unieron a Contadora para conformar el Grupo de Apoyo. Esos ocho países no sólo consiguieron evitar una guerra sino que pusieron en marcha uno de los procesos de pacificación regional más ambiciosos y complejos que hay en la historia, mientras Washington y Moscú dirimían sus diferendos y sus conquistas con la sangre derramada por inocentes de la periferia, entre ellas América Central. El actual presidente de Costa Rica, Oscar Arias, es un heredero del grupo de Contadora. Los acuerdos de Esquipulas I y Esquipulas II –por los cuales Arias recibió el Nobel de la Paz en 1987– no habrían nunca existido sin la fuerza concentrada de Contadora. Veinticinco años después no se puede sino constatar la ausencia de un multilateralismo eficaz y, más triste aún, la paradoja hiriente de ver a quienes fueron actores destacados de Contadora, a imagen y semejanza de Perú, Colombia, Panamá, Costa Rica y El Salvador, convertidos en obedientes reconocedores de las elecciones hondureñas.
Alan García era presidente de Perú cuando, con acentos de una combatividad juvenil, su país se sumó al grupo de Contadora. Oscar Arias fue el portador del montaje que salió del corazón de Contadora para pacificar América Central. El actual presidente de El Salvador, Mauricio Funes, pertenece al Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional, el FMLN, el partido que, en los años de Contadora, era una guerrilla proscrita. Washington, estos tres actores y Colombia fueron ahora los primeros en darles un sello de legitimidad a las urnas hondureñas. ¡Qué oprobio para los demócratas y los descendientes de las decenas y decenas de miles de víctimas que dejaron los conflictos armados en Centroamérica! Un pozo negro nos acecha, y no sólo porque Washington no ha cambiado. Los adversarios de Wa-shington también son prisioneros de lógicas del pasado. Cuando Hugo Chávez trata de “gladiador del antiimperialismo” al presidente iraní Mahmud Ahmadinejad, o cuando elogia en público a un dictador con las manos y la sombra llenas de sangre como el presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe, incurre en la misma tentación. Ahmadinejad fue reelecto con un fraude tan masivo como la improbable tasa de participación de las elecciones hondureñas. Robert Mugabe, el héroe de la independencia de Zimbabwe, transformó su mandato liberador en una vertiginosa autocracia que dejó decenas de miles de muertos. Las mismas conductas prevalecen en uno y otro lado de la frontera. No todos los enemigos del imperio son amigos nuestros, ni todos los adversarios de mis enemigos son aliados en el juego tramposo de una democracia renovada al compás de botas y fusiles.
Con expertise represivo internacional
El Centro Europeo para los Derechos Constitucionales y Humanos, con sede en Alemania, entregó antecedentes a la Justicia sobre cómo la empresa automotriz colaboró con totalitarismos en procura de “beneficios”. Los antecedentes de Carlos Ruckauf.
Por Gustavo Veiga
Las denuncias contra la empresa Mercedes Benz por violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura se robustecieron la semana pasada con la presentación de un informe del Centro Europeo para los Derechos Constitucionales y Humanos (Ecchr), con sede en Alemania. A modo de amicus curiae –un trámite judicial en el que terceros ajenos a un juicio ofrecen de manera voluntaria su opinión respecto del litigio para colaborar con el tribunal–, el organismo aportó antecedentes internacionales sobre hechos semejantes a los que se investigan en la Argentina y en los que estuvo involucrada la automotriz. Por caso, una denuncia que pesa sobre ella en la Justicia de Estados Unidos por haber colaborado con el apartheid sudafricano, además de antecedentes similares durante el régimen nazi que gobernó desde Berlín entre 1933 y 1945.
El largo y tortuoso camino recorrido por los familiares y compañeros de los catorce delegados y activistas desaparecidos de la compañía ahora parece más diáfano, según la abogada de la querella, Florencia Arieto: “Con la presentación del amicus curiae quedan muy claras algunas cosas. ¿Podía haber evitado la Mercedes Benz el secuestro de sus propios trabajadores? La respuesta es sí, aunque hubiera sido a costa de su propia producción. Por eso se aprovechó de una coyuntura política de totalitarismo para hacer desaparecer gente que pensaba distinto, por eso es cómplice de delitos de lesa humanidad”, dice Arieto, quien patrocina a Héctor Aníbal Ratto, uno de los sobrevivientes que declaró ante el Tribunal Oral Federal Nº 1. Junto a él, también se presentó la periodista alemana Gaby Weber, quien investigó las desapariciones de trabajadores en la compañía y aportó documentación desclasificada.
La causa de la Mercedes Benz ya tiene once cuerpos y el objetivo de la querella es que los jueces citen a declaración indagatoria al responsable de producción de la fábrica durante la dictadura, Juan Rolando Tasselkraut. “Está vivo y muy lúcido. Lo ubicamos en San Fernando”, señala Arieto. Según los denunciantes, los otros dos responsables de lo que ocurrió entre abril de 1976 y agosto del ’77 –período en el que desaparecieron los catorce obreros– son el ex ministro de Trabajo de Isabel Perón Carlos Ruckauf y el histórico gremialista del Smata José Rodríguez, quien falleció el pasado 6 de noviembre.
Los trabajadores desaparecidos son Rubén Oscar Caddeo, José Antonio Vizzini, Miguel Grieco, Esteban Alfredo Reimer, Víctor Hugo Ventura, Carlos Adolfo Cienciala, Oscar Alberto Alvarez Bauman, Fernando Omar Del Conte, Héctor Alberto Belmonte, Alberto Gigena, Diego Eustaquio Núñez, Jorge Alberto Leichner, Juan José Mosquera y Alberto Francisco Arenas. El primero desapareció el 5 de abril de 1976 y el último el 19 de agosto de 1977. A Juan José Martín, Alfredo Martín y a Ratto se los llevaron desde la planta de González Catán, pero fueron liberados tiempo después.
El informe presentado por el Ecchr alemán que firma su secretario general, el abogado Wolfgang Kaleck, fue realizado con el objetivo de señalar que la Argentina tiene la obligación “de perseguir y condenar a los responsables –sea cual fuere su forma de participación– de las violaciones de derechos humanos, incluyendo cuando se trata de actores no estatales”. El Centro es una organización registrada en el juzgado municipal de Berlín-Charlottenburg, trabaja con un equipo internacional de abogados y cuenta con expertos mundialmente reconocidos como Theo Van Boven, de la Universidad de Maastricht y comisionado especial de las Naciones Unidas contra la tortura.
El Ecchr, en su escrito de 36 páginas, describe que la querella presentada ante el tribunal “se dirige, entre otros, contra Juan Ronaldo Tasselkraut, quien habría cometido –si es que los hechos acusados llegan a ser probados como ciertos– actos criminales no como persona privada, sino en su función como ejecutivo de la empresa Mercedes Benz Argentina SA”. A continuación señala que “la empresa tiene antecedentes de colaboración con regímenes represivos y violadores de los derechos humanos, sobre todo en la época del nacionalsocialismo en Alemania”. Y describe que “utilizó el trabajo forzado de cerca de 50.000 prisioneros de guerra y presos de los campos de concentración ofrecidos por el régimen nazi”. Trazando un paralelo con las violaciones a los derechos humanos cometidas en la Argentina, el Ecchr dice que la automotriz alemana “aparentemente tampoco habría dudado, en Sudáfrica, en entregar a las fuerzas de seguridad en bandeja a sus propios trabajadores con tendencias críticas o sindicalistas”.
El amicus curiae señala en sus conclusiones que “si no se judicializa directamente a las empresas y a sus representantes, la impunidad por las violaciones de derechos humanos sigue y se produce una situación de permisividad tácita que puede ser interpretada por las empresas en el sentido de que pueden seguir actuando en perjuicio a personas sin límites ni morales ni legales, lo cual generaría graves contradicciones y pondría en riesgo lo que aquí se ha podido determinar como principios fundamentales del derecho internacional penal: la responsabilidad penal de empresas y sus representantes por participación y colaboración en violaciones de derechos humanos”.
Arieto destacó que la audiencia en la que declararon Ratto y Weber “fue una bisagra muy interesante porque les permitió a los tres jueces del tribunal acotar el objeto de su pesquisa con el caso Ratto, como también preguntarle y solicitarle a Weber que entregara documentación como los archivos desclasificados de la Cancillería con el pedido de Ruckauf de que se echara a los trabajadores de Mercedes Benz en octubre de 1975. Smata y la empresa trabajaban como una sola unidad, legitimados por el entonces ministro, que preparó el terreno para el general Santiago Omar Riveros”, el primer condenado a prisión perpetua en la megacausa Campo de Mayo, por la desaparición del estudiante Floreal Avellaneda.
El Centro Europeo para los Derechos Constitucionales y Humanos, con sede en Alemania, entregó antecedentes a la Justicia sobre cómo la empresa automotriz colaboró con totalitarismos en procura de “beneficios”. Los antecedentes de Carlos Ruckauf.
Por Gustavo Veiga
Las denuncias contra la empresa Mercedes Benz por violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura se robustecieron la semana pasada con la presentación de un informe del Centro Europeo para los Derechos Constitucionales y Humanos (Ecchr), con sede en Alemania. A modo de amicus curiae –un trámite judicial en el que terceros ajenos a un juicio ofrecen de manera voluntaria su opinión respecto del litigio para colaborar con el tribunal–, el organismo aportó antecedentes internacionales sobre hechos semejantes a los que se investigan en la Argentina y en los que estuvo involucrada la automotriz. Por caso, una denuncia que pesa sobre ella en la Justicia de Estados Unidos por haber colaborado con el apartheid sudafricano, además de antecedentes similares durante el régimen nazi que gobernó desde Berlín entre 1933 y 1945.
El largo y tortuoso camino recorrido por los familiares y compañeros de los catorce delegados y activistas desaparecidos de la compañía ahora parece más diáfano, según la abogada de la querella, Florencia Arieto: “Con la presentación del amicus curiae quedan muy claras algunas cosas. ¿Podía haber evitado la Mercedes Benz el secuestro de sus propios trabajadores? La respuesta es sí, aunque hubiera sido a costa de su propia producción. Por eso se aprovechó de una coyuntura política de totalitarismo para hacer desaparecer gente que pensaba distinto, por eso es cómplice de delitos de lesa humanidad”, dice Arieto, quien patrocina a Héctor Aníbal Ratto, uno de los sobrevivientes que declaró ante el Tribunal Oral Federal Nº 1. Junto a él, también se presentó la periodista alemana Gaby Weber, quien investigó las desapariciones de trabajadores en la compañía y aportó documentación desclasificada.
La causa de la Mercedes Benz ya tiene once cuerpos y el objetivo de la querella es que los jueces citen a declaración indagatoria al responsable de producción de la fábrica durante la dictadura, Juan Rolando Tasselkraut. “Está vivo y muy lúcido. Lo ubicamos en San Fernando”, señala Arieto. Según los denunciantes, los otros dos responsables de lo que ocurrió entre abril de 1976 y agosto del ’77 –período en el que desaparecieron los catorce obreros– son el ex ministro de Trabajo de Isabel Perón Carlos Ruckauf y el histórico gremialista del Smata José Rodríguez, quien falleció el pasado 6 de noviembre.
Los trabajadores desaparecidos son Rubén Oscar Caddeo, José Antonio Vizzini, Miguel Grieco, Esteban Alfredo Reimer, Víctor Hugo Ventura, Carlos Adolfo Cienciala, Oscar Alberto Alvarez Bauman, Fernando Omar Del Conte, Héctor Alberto Belmonte, Alberto Gigena, Diego Eustaquio Núñez, Jorge Alberto Leichner, Juan José Mosquera y Alberto Francisco Arenas. El primero desapareció el 5 de abril de 1976 y el último el 19 de agosto de 1977. A Juan José Martín, Alfredo Martín y a Ratto se los llevaron desde la planta de González Catán, pero fueron liberados tiempo después.
El informe presentado por el Ecchr alemán que firma su secretario general, el abogado Wolfgang Kaleck, fue realizado con el objetivo de señalar que la Argentina tiene la obligación “de perseguir y condenar a los responsables –sea cual fuere su forma de participación– de las violaciones de derechos humanos, incluyendo cuando se trata de actores no estatales”. El Centro es una organización registrada en el juzgado municipal de Berlín-Charlottenburg, trabaja con un equipo internacional de abogados y cuenta con expertos mundialmente reconocidos como Theo Van Boven, de la Universidad de Maastricht y comisionado especial de las Naciones Unidas contra la tortura.
El Ecchr, en su escrito de 36 páginas, describe que la querella presentada ante el tribunal “se dirige, entre otros, contra Juan Ronaldo Tasselkraut, quien habría cometido –si es que los hechos acusados llegan a ser probados como ciertos– actos criminales no como persona privada, sino en su función como ejecutivo de la empresa Mercedes Benz Argentina SA”. A continuación señala que “la empresa tiene antecedentes de colaboración con regímenes represivos y violadores de los derechos humanos, sobre todo en la época del nacionalsocialismo en Alemania”. Y describe que “utilizó el trabajo forzado de cerca de 50.000 prisioneros de guerra y presos de los campos de concentración ofrecidos por el régimen nazi”. Trazando un paralelo con las violaciones a los derechos humanos cometidas en la Argentina, el Ecchr dice que la automotriz alemana “aparentemente tampoco habría dudado, en Sudáfrica, en entregar a las fuerzas de seguridad en bandeja a sus propios trabajadores con tendencias críticas o sindicalistas”.
El amicus curiae señala en sus conclusiones que “si no se judicializa directamente a las empresas y a sus representantes, la impunidad por las violaciones de derechos humanos sigue y se produce una situación de permisividad tácita que puede ser interpretada por las empresas en el sentido de que pueden seguir actuando en perjuicio a personas sin límites ni morales ni legales, lo cual generaría graves contradicciones y pondría en riesgo lo que aquí se ha podido determinar como principios fundamentales del derecho internacional penal: la responsabilidad penal de empresas y sus representantes por participación y colaboración en violaciones de derechos humanos”.
Arieto destacó que la audiencia en la que declararon Ratto y Weber “fue una bisagra muy interesante porque les permitió a los tres jueces del tribunal acotar el objeto de su pesquisa con el caso Ratto, como también preguntarle y solicitarle a Weber que entregara documentación como los archivos desclasificados de la Cancillería con el pedido de Ruckauf de que se echara a los trabajadores de Mercedes Benz en octubre de 1975. Smata y la empresa trabajaban como una sola unidad, legitimados por el entonces ministro, que preparó el terreno para el general Santiago Omar Riveros”, el primer condenado a prisión perpetua en la megacausa Campo de Mayo, por la desaparición del estudiante Floreal Avellaneda.
Estudiantes poco globalizados
Por Andrés Oppenheimer
La Nacion
MIAMI.- Un nuevo informe sobre los extranjeros que estudian en las universidades estadounidenses sugiere que la brecha entre los países en vías de desarrollo está aumentando: mientras las naciones asiáticas envían cada vez más estudiantes a algunas de las mejores universidades del mundo, los países latinoamericanos se quedan cada vez más atrás.
Confirmando una tendencia que podría tener repercusiones políticas y económicas en las próximas décadas, China y la India envían el doble de estudiantes a las universidades estadounidenses que todos los países sudamericanos juntos, según el informe del Instituto de Educación Internacional (IEI).
Lo que es aún más llamativo es que Corea del Sur envía cinco veces más estudiantes a las universidades estadounidenses que México. Y Vietnam, país gobernado por el Partido Comunista, con una población que no llega a la mitad de la de Brasil, manda más del doble de estudiantes a las universidades estadounidenses que Brasil.
He aquí algunos de los datos incluidos en el informe:
En total, el número de estudiantes internacionales en las universidades de Estados Unidos creció un 8% este año, para alcanzar la cifra récord de 671.616 estudiantes.
Los países que envían más estudiantes son la India, con 103.000 estudiantes (un 9% más que el año pasado); China, con 98.000 estudiantes (un 21% más que el año pasado), y Corea del Sur, con 75.000 estudiantes (9% más).
En comparación, el número de estudiantes de México fue de 15.000, lo mismo del año pasado; el de Brasil, 8700 (un 16% más que el año pasado); el de Colombia, 7000 (un 5% más); el de Venezuela, 4600 (un 5% más); el de la Argentina 2400 (una disminución del 6%) y el de Chile 2000 (un 16% más).
El número total de estudiantes de todos los países asiáticos creció en más de un 9%, mientras que el número total de estudiantes latinoamericanos aumentó un 5%. El número de estudiantes europeos se amplió en un 4,5%.
Al frente del ranking
¿Por qué son importantes estas cifras? Porque cualquiera que fuere nuestra opinión sobre el futuro de Estados Unidos como superpotencia, los dos rankings más importantes sobre las mejores universidades del mundo -el del Suplemento de Educación Superior de The Times , de Londres, y el de la Universidad Jiai Tong de Shanghai- coinciden en que las universidades estadounidenses siguen siendo mejores que las del resto del mundo.
El ranking de 2009 de la Universidad de Shanghai está encabezado por Harvard y 8 de los 10 primeros puestos están ocupados por instituciones estadounidenses.
Independientemente de la rapidez con que la economía estadounidense emerja de la actual recesión, pocos expertos dudan de que la globalización educativa ayuda a los países. Los extranjeros que estudien en las mejores universidades del mundo -ya sean de Estados Unidos o de Europa- adquirirán conocimientos y contactos internacionales que permitirán a sus países insertarse mucho mejor en el mundo.
"Particularmente en China, pero también en otras partes de Asia, los estudiantes consideran que la educación estadounidense les da conocimientos y credenciales que les serán de gran utilidad en sus carreras", dijo Peggy Blumenthal, del IEI. "Este fenómeno no parece darse en la misma medida en América latina."
Además, a diferencia de los latinoamericanos, casi todos los estudiantes asiáticos en las universidades estadounidenses cursan carreras de posgrado en ciencia y tecnología, según me dijo Blumenthal.
Mi opinión: las últimas cifras deberían preocupar a los gobiernos latinoamericanos. Los países asiáticos no sólo envían cada vez más estudiantes a Estados Unidos, sino que también invitan a más universidades estadounidenses, europeas y australianas a establecerse en sus propios territorios.
Mientras China tiene más de 170 universidades extranjeras autorizadas a otorgar diplomas en el país y la India, 61, muchos países latinoamericanos prohíben a instituciones extranjeras dar diplomas y limitan sus contactos con ellas a intercambios estudiantiles.
La internacionalización de la educación debería ser una política de Estado para todos los países, incluso para Estados Unidos, que se beneficiaría mucho con tener más universidades extranjeras. Si los países no envían estudiantes a universidades extranjeras, deberían tratar de que más universidades extranjeras vengan a ellos.
Por Andrés Oppenheimer
La Nacion
MIAMI.- Un nuevo informe sobre los extranjeros que estudian en las universidades estadounidenses sugiere que la brecha entre los países en vías de desarrollo está aumentando: mientras las naciones asiáticas envían cada vez más estudiantes a algunas de las mejores universidades del mundo, los países latinoamericanos se quedan cada vez más atrás.
Confirmando una tendencia que podría tener repercusiones políticas y económicas en las próximas décadas, China y la India envían el doble de estudiantes a las universidades estadounidenses que todos los países sudamericanos juntos, según el informe del Instituto de Educación Internacional (IEI).
Lo que es aún más llamativo es que Corea del Sur envía cinco veces más estudiantes a las universidades estadounidenses que México. Y Vietnam, país gobernado por el Partido Comunista, con una población que no llega a la mitad de la de Brasil, manda más del doble de estudiantes a las universidades estadounidenses que Brasil.
He aquí algunos de los datos incluidos en el informe:
En total, el número de estudiantes internacionales en las universidades de Estados Unidos creció un 8% este año, para alcanzar la cifra récord de 671.616 estudiantes.
Los países que envían más estudiantes son la India, con 103.000 estudiantes (un 9% más que el año pasado); China, con 98.000 estudiantes (un 21% más que el año pasado), y Corea del Sur, con 75.000 estudiantes (9% más).
En comparación, el número de estudiantes de México fue de 15.000, lo mismo del año pasado; el de Brasil, 8700 (un 16% más que el año pasado); el de Colombia, 7000 (un 5% más); el de Venezuela, 4600 (un 5% más); el de la Argentina 2400 (una disminución del 6%) y el de Chile 2000 (un 16% más).
El número total de estudiantes de todos los países asiáticos creció en más de un 9%, mientras que el número total de estudiantes latinoamericanos aumentó un 5%. El número de estudiantes europeos se amplió en un 4,5%.
Al frente del ranking
¿Por qué son importantes estas cifras? Porque cualquiera que fuere nuestra opinión sobre el futuro de Estados Unidos como superpotencia, los dos rankings más importantes sobre las mejores universidades del mundo -el del Suplemento de Educación Superior de The Times , de Londres, y el de la Universidad Jiai Tong de Shanghai- coinciden en que las universidades estadounidenses siguen siendo mejores que las del resto del mundo.
El ranking de 2009 de la Universidad de Shanghai está encabezado por Harvard y 8 de los 10 primeros puestos están ocupados por instituciones estadounidenses.
Independientemente de la rapidez con que la economía estadounidense emerja de la actual recesión, pocos expertos dudan de que la globalización educativa ayuda a los países. Los extranjeros que estudien en las mejores universidades del mundo -ya sean de Estados Unidos o de Europa- adquirirán conocimientos y contactos internacionales que permitirán a sus países insertarse mucho mejor en el mundo.
"Particularmente en China, pero también en otras partes de Asia, los estudiantes consideran que la educación estadounidense les da conocimientos y credenciales que les serán de gran utilidad en sus carreras", dijo Peggy Blumenthal, del IEI. "Este fenómeno no parece darse en la misma medida en América latina."
Además, a diferencia de los latinoamericanos, casi todos los estudiantes asiáticos en las universidades estadounidenses cursan carreras de posgrado en ciencia y tecnología, según me dijo Blumenthal.
Mi opinión: las últimas cifras deberían preocupar a los gobiernos latinoamericanos. Los países asiáticos no sólo envían cada vez más estudiantes a Estados Unidos, sino que también invitan a más universidades estadounidenses, europeas y australianas a establecerse en sus propios territorios.
Mientras China tiene más de 170 universidades extranjeras autorizadas a otorgar diplomas en el país y la India, 61, muchos países latinoamericanos prohíben a instituciones extranjeras dar diplomas y limitan sus contactos con ellas a intercambios estudiantiles.
La internacionalización de la educación debería ser una política de Estado para todos los países, incluso para Estados Unidos, que se beneficiaría mucho con tener más universidades extranjeras. Si los países no envían estudiantes a universidades extranjeras, deberían tratar de que más universidades extranjeras vengan a ellos.
El jazz late con un corazón porteño
El pianista Fred Hersch abrirá pasado mañana la muestra, que este año contará con más artistas nacionales y cruces con sus colegas extranjeros
Por Ricardo Carpena
De la Redacción de LA NACION
Desde pasado mañana hasta el martes próximo, la ciudad de Buenos Aires cambiará el bandoneón por el saxo tenor y en las calles habrá más swing que dos por cuatro. No es que Nueva York haya cambiado de lugar, sino que el jazz ya no es patrimonio exclusivo de los Estados Unidos. Lo volverá a demostrar el Buenos Aires Jazz.09 Festival Internacional, con destacados artistas internacionales y nacionales, actividades pedagógicas y proyecciones de films, siempre con entradas a precios módicos.
Organizado por el Ministerio de Cultura de la ciudad de Buenos Aires, y con la dirección artística del pianista Adrián Iaies, este festival se constituyó en una tradición porteña que, en estos tiempos, parece un milagro. Es que, como se sabe, el jazz no es una pasión de multitudes en la Argentina; suele no estar contemplado en muchas programaciones artísticas con apoyo estatal y no hay radios, programas de TV ni revistas especializadas en el género, pero sí hay una hinchada cada vez más bullanguera y numerosa que ha derivado, en los últimos quince años, en el surgimiento explosivo de nuevos músicos y en la inauguración de cada vez más sitios para escuchar música en vivo, además de un público que crece, demanda, compra discos (cuando los sellos internacionales se deciden a editarlos) y suele llenar teatros cuando aparecen visitantes extranjeros que lo justifiquen.
¿Qué ofrecerá de nuevo esta edición del Buenos Aires Jazz? Uno de los puntos fuertes será la presencia del pianista norteamericano Fred Hersch, que nunca tocó aquí y que es uno de los músicos más originales de su país. Pero también desfilarán artistas extranjeros, como la Orquesta Nacional de Jazz de Francia (ONJ), con fama de vanguardista; el saxofonista español Jorge Pardo y su grupo; el guitarrista Angelo Debarre y el acordeonista Ludovic Beier, el baterista norteamericano Nasheet Waits, la cantante española Carme Canela y los guitarristas norteamericanos Ben Monder y Steve Cardenas. Además, desde los países vecinos, los chilenos de Contracuarteto, el quinteto ecuatoriano Pies en la Tierra, los uruguayos Mora/Etchenique/Ibarburu y el saxofonista brasileño Alex Corezzi.
Pero este año, como explica a LA NACION Iaies, director artístico del festival, el público podrá notar algunos cambios: "Mantuvimos algún criterio del año pasado, como la idea de traer músicos extranjeros que no hayan venido a la Argentina y que aceptaran cruzarse con colegas locales, y si bien es cierto que tuvimos menos presupuesto, decidimos, al mismo tiempo, darles más presupuesto a los artistas nacionales".
Iaies destacó que en este rubro su decisión fue "abrir el abanico" y contemplar la actuación de músicos consagrados de la escena jazzera nacional, como Jorge Navarro o Norberto Machline, pero también de artistas nuevos o en ascenso como el contrabajista Arturo Puertas y la cantante Barbie Martínez, por ejemplo. También habrá espacio para músicos argentinos que se han destacado en el exterior, como la cantante Sofía Rei Koutsovitis, el pianista Guillermo Klein y los saxofonistas Javier Girotto y Oscar Feldman.
Otro de los puntos fuertes del festival serán los cruces entre artistas nacionales y extranjeros. Pero esta vez habrá un fuerte sesgo didáctico. "Hemos profundizado la idea de que el festival pueda aprovechar todo el potencial en materia pedagógica -explicó Iaies-, como la sección llamada El Aula, que incluye master classes , clínicas del baterista Waits, workshops para cantantes, de tres días, a cargo de Roxana Amed. Además, Steve Cardenas dictará clases durante del día a los alumnos del Conservatorio de Música Manuel de Falla y por la noche tocarán esa música en un club."
Uno de los escenarios recuperados para algunos shows será el Teatro Sarmiento, donde se presentará el ciclo Jazz en el Zoo. Nuevamente habrá tardes de jazz al aire libre, en la terraza del Centro Cultural Recoleta. Tendrá su espacio en el festival un ciclo como Jazzología, que dirige desde hace 25 años el periodista Carlos Inzillo. Y, obviamente, noches de jam session en La Trastienda.
Además de los cruces, volverá una tradición festivalera como las comisiones, en las que se encarga música a un artista para que la presente en vivo. Este año, Ernesto Jodos recreará la obra del "Gato" Barbieri y Fernando Tarrés, la de Astor Piazzolla. Además, Diego Schissi presentará una banda de sonido para ballet y debutará Tango Jazz Club, con Néstor Marconi, Gustavo Bergalli, Carlos Franzetti y Pablo Aslán.
Sólo se trata de descubrir y de disfrutar. Buenos Aires será, nuevamente, la ciudad que late al ritmo del jazz.
Cómo reservar y comprar entradas
Los interesados en concurrir a los conciertos o participar de las actividdes del festival pueden adquirir sus entradas online en www.buenosairesjazz.gob.ar o también personalmente, de lunes a sábado, de 11 a 19, en la Casa de la Cultura, avenida de Mayo 575, y en el Teatro 25 de Mayo, Triunvirato 4444. Los conciertos internacionales tienen entradas a un valor de entre 10 y 40 pesos. Los cruces, entradas a 15 pesos. Y las clínicas pagas tienen entradas a 40 pesos. También puede pedirse información en el 0800-333-7848, de lunes a viernes, de 10 a 20.
El pianista Fred Hersch abrirá pasado mañana la muestra, que este año contará con más artistas nacionales y cruces con sus colegas extranjeros
Por Ricardo Carpena
De la Redacción de LA NACION
Desde pasado mañana hasta el martes próximo, la ciudad de Buenos Aires cambiará el bandoneón por el saxo tenor y en las calles habrá más swing que dos por cuatro. No es que Nueva York haya cambiado de lugar, sino que el jazz ya no es patrimonio exclusivo de los Estados Unidos. Lo volverá a demostrar el Buenos Aires Jazz.09 Festival Internacional, con destacados artistas internacionales y nacionales, actividades pedagógicas y proyecciones de films, siempre con entradas a precios módicos.
Organizado por el Ministerio de Cultura de la ciudad de Buenos Aires, y con la dirección artística del pianista Adrián Iaies, este festival se constituyó en una tradición porteña que, en estos tiempos, parece un milagro. Es que, como se sabe, el jazz no es una pasión de multitudes en la Argentina; suele no estar contemplado en muchas programaciones artísticas con apoyo estatal y no hay radios, programas de TV ni revistas especializadas en el género, pero sí hay una hinchada cada vez más bullanguera y numerosa que ha derivado, en los últimos quince años, en el surgimiento explosivo de nuevos músicos y en la inauguración de cada vez más sitios para escuchar música en vivo, además de un público que crece, demanda, compra discos (cuando los sellos internacionales se deciden a editarlos) y suele llenar teatros cuando aparecen visitantes extranjeros que lo justifiquen.
¿Qué ofrecerá de nuevo esta edición del Buenos Aires Jazz? Uno de los puntos fuertes será la presencia del pianista norteamericano Fred Hersch, que nunca tocó aquí y que es uno de los músicos más originales de su país. Pero también desfilarán artistas extranjeros, como la Orquesta Nacional de Jazz de Francia (ONJ), con fama de vanguardista; el saxofonista español Jorge Pardo y su grupo; el guitarrista Angelo Debarre y el acordeonista Ludovic Beier, el baterista norteamericano Nasheet Waits, la cantante española Carme Canela y los guitarristas norteamericanos Ben Monder y Steve Cardenas. Además, desde los países vecinos, los chilenos de Contracuarteto, el quinteto ecuatoriano Pies en la Tierra, los uruguayos Mora/Etchenique/Ibarburu y el saxofonista brasileño Alex Corezzi.
Pero este año, como explica a LA NACION Iaies, director artístico del festival, el público podrá notar algunos cambios: "Mantuvimos algún criterio del año pasado, como la idea de traer músicos extranjeros que no hayan venido a la Argentina y que aceptaran cruzarse con colegas locales, y si bien es cierto que tuvimos menos presupuesto, decidimos, al mismo tiempo, darles más presupuesto a los artistas nacionales".
Iaies destacó que en este rubro su decisión fue "abrir el abanico" y contemplar la actuación de músicos consagrados de la escena jazzera nacional, como Jorge Navarro o Norberto Machline, pero también de artistas nuevos o en ascenso como el contrabajista Arturo Puertas y la cantante Barbie Martínez, por ejemplo. También habrá espacio para músicos argentinos que se han destacado en el exterior, como la cantante Sofía Rei Koutsovitis, el pianista Guillermo Klein y los saxofonistas Javier Girotto y Oscar Feldman.
Otro de los puntos fuertes del festival serán los cruces entre artistas nacionales y extranjeros. Pero esta vez habrá un fuerte sesgo didáctico. "Hemos profundizado la idea de que el festival pueda aprovechar todo el potencial en materia pedagógica -explicó Iaies-, como la sección llamada El Aula, que incluye master classes , clínicas del baterista Waits, workshops para cantantes, de tres días, a cargo de Roxana Amed. Además, Steve Cardenas dictará clases durante del día a los alumnos del Conservatorio de Música Manuel de Falla y por la noche tocarán esa música en un club."
Uno de los escenarios recuperados para algunos shows será el Teatro Sarmiento, donde se presentará el ciclo Jazz en el Zoo. Nuevamente habrá tardes de jazz al aire libre, en la terraza del Centro Cultural Recoleta. Tendrá su espacio en el festival un ciclo como Jazzología, que dirige desde hace 25 años el periodista Carlos Inzillo. Y, obviamente, noches de jam session en La Trastienda.
Además de los cruces, volverá una tradición festivalera como las comisiones, en las que se encarga música a un artista para que la presente en vivo. Este año, Ernesto Jodos recreará la obra del "Gato" Barbieri y Fernando Tarrés, la de Astor Piazzolla. Además, Diego Schissi presentará una banda de sonido para ballet y debutará Tango Jazz Club, con Néstor Marconi, Gustavo Bergalli, Carlos Franzetti y Pablo Aslán.
Sólo se trata de descubrir y de disfrutar. Buenos Aires será, nuevamente, la ciudad que late al ritmo del jazz.
Cómo reservar y comprar entradas
Los interesados en concurrir a los conciertos o participar de las actividdes del festival pueden adquirir sus entradas online en www.buenosairesjazz.gob.ar o también personalmente, de lunes a sábado, de 11 a 19, en la Casa de la Cultura, avenida de Mayo 575, y en el Teatro 25 de Mayo, Triunvirato 4444. Los conciertos internacionales tienen entradas a un valor de entre 10 y 40 pesos. Los cruces, entradas a 15 pesos. Y las clínicas pagas tienen entradas a 40 pesos. También puede pedirse información en el 0800-333-7848, de lunes a viernes, de 10 a 20.
Literatura europea / Anticipo
Quemaduras
Escritora sensible a los detalles, la autora, nacida en 1968, es una de las nuevas voces de la narrativa irlandesa. Este relato forma parte de Antártida, volumen que Eterna Cadencia publica en estos días
Noticias de ADN Cultura
Por Claire Keegan
Lo intentarán en verano. Juntos, van a confrontar su pasado, la fuente de todo su problema, y erradicarlo. Ésa, al menos, es la teoría.
La primera noche, se sientan afuera, delante de la casa, los tres niños, su padre y Robin, la nueva esposa. Los niños se sientan en el columpio del porche, sin decir palabra. El cielo está de un fantasmagórico azul policía. El mayor, cuyas piernas son las más largas, los separa de la verja con los pies, su hermano y hermana a cada lado de él. El padre está sentado en la mecedora, pero no se mece. En lugar de eso, está recordando olores de fibra y ungüento, gasa envuelta en papel de aluminio, vinagre helado para una quemadura. Su nueva esposa está en la verja, limándose las uñas. Físicamente, es exactamente lo opuesto de la madre de los chicos, una mujer simple, de poco busto, con el cabello oscuro que le llega hasta la cintura. Todo el mundo está escuchando. Los altos pinos peinan al viento. (¿Quién anda ahí?, parece decir: ¿Quién? ¿Quién?). La cadena de la silla cruje. Allá en el campo, algo se sacude ruidosamente, una vaca, que quizás se rasca contra una reja. Los chicos siguen columpiándose, chocando con la oscuridad.
Cuando la niña cierra los ojos, su padre la levanta y la lleva adentro. Los varones, que no desean quedarse solos con su madrastra, pronto los siguen.
Se enciende la luz del dormitorio; brilla débilmente a través de las ventanas sucias. Robin oye cómo se hunden los colchones sobre los resortes, las zapatillas que caen sobre pisos de madera, el chasquido de un cinturón, un cierre relámpago, voces bajas. Está oscuro y estrellado, y hay serpientes en los alrededores. Un camino cubierto de grava que lleva hasta una casa desconocida, el olor a humedad y a ganado, charcos de agua de lluvia en el patio poceado.
Su marido sale y cruza el porche. Cuando habla, su voz suena potente y tierna. No lamenta haberse casado con él.
-Nadie dice que no podemos volver atrás, Robin. Nada es definitivo. Lo sabes.
-Lo sé -dice y se estira para apretarle la mano.
-Tenemos que hacer las paces con esa cosa. Si esto no funciona, siempre podemos volver a la ciudad, y acá no ha pasado nada. ¿Entiendes?
Ella asiente en la oscuridad.
-Dios, es como retroceder en el tiempo. Sigo esperando oír el ruido del cajón de los cubiertos que se cierra de golpe. Así empezaba. Cuando golpeaba el cajón de los cuchillos, uno ya olía problemas -dice, aferrándose a la verja hasta que los nudillos se le ponen blancos-. ¿Ves ese columpio? Lo hice instalar para el chico, para que pudiera columpiarse descalzo y enfriarse las quemaduras. Dios -y menea la cabeza, como si todo estuviera más allá de él-. He sido un tonto por tanto tiempo.
-Vamos a la cama, querido -dice Robin, tomándolo de la mano.
Sus pertenencias, cajas y bolsos están vacíos, desperdigados por el suelo, pero ella se abre camino hasta el último dormitorio por el resplandor de los veladores de los niños.
Ellos se desvisten y acuestan sin preocuparse por lavarse o cepillarse los dientes. Robin se tapa con la manta hasta el mentón. En la oscuridad, no alcanza a distinguirlo. No puede decir lo oscuro que está ahí afuera. No caminaría sola por ese camino de grava ni que le pagaran un millón de dólares. Se acurruca en el calor del cuerpo de su marido, siente el sueño, tironeando, arrastrándola y, cuando se rinde, dejándose ir, recuerda que allí era donde dormía la ex mujer de él.
A la mañana, dejan las puertas y ventanas abiertas y un viento fresco recorre la casa. Algunas de las aldabas de las ventanas están duras; hay telarañas en cada rincón. Los niños inspeccionan las polillas muertas y los insectos en las repisas de las ventanas, los dan vuelta con escarbadientes, cuentan las patas, les arrancan las alas.
-¡Qué asco! -dice la niña, al encontrar una cucaracha pequeña debajo de una vieja caja de Cornflakes en la despensa.
Sobre todo hay una gruesa capa de polvo blanco. La niña escribe su nombre sobre la mesada. (Hace poco que ha aprendido a leer y a escribir). La cabeza embalsamada de venado que está encima del hogar da la impresión de que hubiese venido de la nieve. Robin odia sus ojos plásticos y mirones, y hay algo sombrío a propósito de la cocina, con sus paredes naranja, los gansos azules de madera, volando en V, sobre la pileta, la mesa de la cocina que se tambalea.
Desayunan comida basura, sobras del viaje: galletas, queso, papas fritas. Robin raspa lo que queda de un café instantáneo en un frasco, hierve agua en una olla. Buena parte de los cubiertos que hay en los cajones están oxidados.
Al abrir la heladera, ve pickles que flotan en un frasco de vinagre verde, bulbos secos de ajo, salchichas arrugadas.
-¿Quién quiere una inyección de penicilina? -pregunta, sosteniendo un tomate mohoso.
Después del desayuno, exploran la casa. La parte habitada de la casa está toda en el primer piso: la cocina, una sala de estar grande y con techo alto, tres dormitorios con baños y un dormitorio colectivo con ocho camas de una plaza. (La familia ampliada solía venir para el Día de Acción de Gracias). Afuera de la cocina, un cuarto de trastos con una máquina de lavar y una secadora, una cuna, una pared con estantes donde se apilan latas de pintura, andadores, frisbees, carbón. Todo descolorido por haber estado expuesto demasiado tiempo al sol. Bajan por las escaleras de la sala de estar hasta la planta baja, que está vacía. No hay nada ahí, sólo una sensación de lugar cerrado, un piso de hormigón, viejos olores a cuero, raíces y ratones. El segundo niño se queda arriba de los escalones y observa cómo los demás descienden y vuelven, pero no se aventura a bajar.
El patio se continúa en un establo con caballerizas, fardos de heno, un cobertizo para las gallinas con hongos venenosos del lado de adentro. En el extremo más lejano de la casa, brotan de los árboles duraznos pequeños y duros.
El sol matinal sume ese lado de la casa en una sombra profunda y palpable. Las cañas de bambú sobre las que se apoyaban arvejas y habas todavía se yerguen oblicuas en la parcela de los vegetales. Los niños las desencajan de la tierra y las arrojan como jabalinas por encima de la hierba alta. La niña está callada, cargando su jirafa de peluche, sosteniéndola para espiar a través de las rendijas del gallinero las caballerizas en el establo, leyendo los nombres de las marcas en las bolsas de comida vacías.
Cuando los varones se van al pueblo con el padre para buscar provisiones, Robin lleva a la niña a recoger flores silvestres al campo. Los alrededores son color rojo sangre, con algunos arbustos cuyo nombre desconoce. La niña señala la hiedra venenosa, le dice a Robin "cuidado" y se estira para arrancar los capullos más rojos y pesados. Robin ve la cicatriz circular en la muñeca de la niña, pero no dice nada. Caminan de vuelta a la casa atravesando los pastizales sibilantes. La niña encuentra en el cuarto de los trastos unas viejas latas de tomates italianos, les saca las etiquetas descoloridas, debajo de las cuales se revela la hojalata brillante y plateada, y arregla las flores rojas, mientras Robin barre los pisos.
-¿Has visto alguna vez tanto polvo? -dice Robin.
La niña se ríe y los varones vuelven con bolsas de papel madera con productos de almacén y cajitas felices de McDonald´s. Su padre trajo un bidón de agua potable para el surtidor. Cuando la niña se trepa a un taburete, la mesa tambalea y su bebida se derrama. Su rostro se ve surcado por una mirada de terror. Empieza a llorar fuera de toda proporción.
-¡Eh! -dice su padre-. ¡Eh, querida! ¿Qué pasa? Toma, no es para tanto. Toma, bebe la mía.
La sienta sobre sus rodillas y le da un sorbo de su bebida, hunde una papa frita en el ketchup y le dice que es una niña buena, su niña, que coma, que pronto va a ser tan alta como ese pasto del patio, pero la niña se desliza entre sus rodillas y se acurruca buscando refugio debajo de la mesa.
Esa noche, en la cama, después de que los niños se han ido a dormir y que se cerraron las puertas, hablan.
-Tal vez, viniendo acá, abro una lata llena de gusanos -dice él-. Trayendo a los niños. Abriendo una gran lata de gusanos.
-No me parece, querido.
-Es como si esa puta todavía estuviera aquí. Lo siento. Los niños lo sienten -dice-. ¿La viste hoy, lo mal que se puso por sólo derramar su bebida? Quizás esto no es necesario. Toda esa mierda de charlatanería psicológica sobre enfrentarse al pasado -dice, estirándose para subir la potencia del ventilador. Aun cuando es otoño, siente calor en esos cuartos, demasiado calor para estar cómodo-. Una vez estábamos en un restaurante, y derramó su jugo de uvas, que mancha. Era un lugar sofisticado, con un mantel blanco y todo. Bien, mi esposa explotó de furia y le cruzó una cachetada a nuestra hijita antes de que yo pudiera moverme.
-Dios.
Él bebe agua de un vaso de plástico. Algunos de los pelos de su vientre se le han puesto blancos.
-Quizás deberíamos transformar el lugar, renovarlo, cambiar las cosas de sitio -dice Robin-. Podríamos invitar a algunos de los amigos de los chicos. No es que vaya a faltar espacio.
-Quizás -dice, pasándose la mano por la frente-. Tal vez deberíamos hacer que tiraran agua bendita, llamar al cura. Tal vez deberíamos prenderle fuego al lugar y mandarnos a mudar de aquí. Volver a casa, hacer que nos vean los psicólogos.
-No te preocupes -dice ella, rascándole la cabeza-. Todo va a salir bien, ya verás.
-Eso espero -dice él, acomodándose las almohadas-. Por cierto que eso espero.
La cocina es en lo primero que empiezan a trabajar. Sacan todos los muebles, el aparador, la mesa que se tambalea, retiran de las paredes los patos de madera y el extintor y vacían todos los cajones. Dibujan un croquis para una nueva cocina en la parte posterior de un viejo calendario del Whitney Bank. Se deciden por una isla. Algo alrededor de lo que se puedan sentar todos y cocinar. Dejan que cada uno de los niños elija un nombre de la sección "Carpinteros" en las páginas amarillas y llaman para pedir presupuestos.
Cuando termina la semana, la isla se construye en el centro de la cocina. Nada lujoso, apenas un mostrador alto y rectangular, con cajones abajo. El gasista instaló por adentro un caño que se une a las hornallas. Robin se llevó a la niña a la cooperativa y eligieron unas bonitas tejas rojo ladrillo para los zócalos y tejas decorativas con hojas color beige para el borde. Juntas, mezclan cemento blanco en una palangana y lo colocan. La mujer deja que la niña se quede levantada hasta tarde para ayudarla, mientras todos los demás duermen. Compra seis sillas de director, del tipo de esas a las que se les saca el asiento de tela para poder meterlo en el lavarropas; hace venir a un electricista para que instale interruptores que disminuyen la luz encima de la repisa. Los niños atornillan ganchos en la viga y cuelgan todos los utensilios de cocina del techo.
La noche en que terminan el trabajo, el padre va hasta el mercado de Winn-Dixie para comprar cerveza sin alcohol. Robin tiene una bandeja de lasañas en el horno y de postre cocina una torta de chocolate. Los niños se arrodillan sobre las sillas de director que hay alrededor de la isla para ayudar. Robin pone al mayor a cargo de tamizar la harina y la cocoa, mientras ella mezcla la manteca y el azúcar con una cuchara de madera. La niña mide las cucharaditas de polvo de hornear y maicena, y enmanteca el molde, en tanto su hermano bate los huevos. Robin les concede a cada uno un turno en el bol, le sonríe al mayor, que es zurdo y mezcla contra la dirección de las agujas del reloj. Verifica el horno, vierte la masa en el molde. Los niños lamen el bol hasta dejarlo limpio.
-Bueno -dice Robin-, papá está por llegar. Vamos a limpiar.
Robin enciende una vela y la ubica en el medio de la isla, baja las luces. Busca flores rojas en el alféizar y nota que hay algo a sus pies. Al principio cree que es un ratón.
No les teme a los ratones. La niña es la primera que grita. Los niños instintivamente se trepan sobre la isla y la vela encendida se cae.
Y es así como los ve el padre: los tres niños y su nueva esposa que gritan, una llama desnuda, un fuego que comienza en la cocina y el piso que se mueve. Rápidamente apaga la vela antes de que el fuego se propague y mira el suelo. Nunca ha visto nada igual. Por alguna razón, no puede moverse. En cambio, recuerda una vieja película en blanco y negro con langostas que descienden sobre un campo en algún lugar de África, borrando una cosecha entera, el medio de subsistencia, en minutos.
Las cucarachas están en todas partes. Cucarachas duras y brillantes. Se arrastran alrededor de la isla, avanzando rápidamente por las puertas de la mesada, detrás de las canillas, debajo del surtidor de agua. Se arremolinan detrás de las flores del alféizar, que huelen a pis de gato. El sonido que producen no es muy distinto del de la llovizna. Los niños se quedan sobre la isla. El mayor agarra los utensilios de cocina de la viga, la cuchara de servir, la paleta de servir, el cucharón, y se los pasa a sus hermanos. Empieza la matanza.
Las aplastan con las zapatillas. La niña, renuente al principio, se arremanga, para darles un buen golpe. Robin corre hasta el cuarto de los trastos. Sus zapatos producen un sonido horrible a cada paso. Trae raquetas de tenis y un bate de béisbol de plástico, y también participa de la masacre. Su marido está paralizado. Su nueva esposa está matando con ambas manos.
-¡No te quedes ahí! -le grita ella-. ¡Ayúdanos!
Le pasa el bate de béisbol, abre una de las puertas del bajo mesada y se desparrama una nueva camada de invasoras sobre el piso. Un rápido torrente se arrastra desde lo que parece ser el corazón de la casa, desde la planta baja hasta el centro de la cocina. Una oleada de voces infantiles, agudas e irreverentes, atruena por toda la casa. Todos trepan, desean exterminarlas.
-¡Vamos! -grita el padre-. ¡Vamos, putas!
No pueden decir cuánto tiempo pasa antes de que el torrente brillante de cucarachas decrezca hasta convertirse en un hilillo y se detenga. Las cejas del padre están empapadas de sudor, a la niña se le corrió el elástico de la cola de caballo hasta quedar casi en la punta del pelo, los varones jadean como si hubieran jugado un partido de fútbol. No huelen la cena, que se quemó. Están mirando. Están escuchando. Todos están escuchando. Pueden oír los latidos de sus propios corazones. Al caer una gota de agua en la pileta de la cocina, plop, se sobresaltan, al mismo tiempo, todos juntos.
Traducción: Jorge Fondebrider
Quemaduras
Escritora sensible a los detalles, la autora, nacida en 1968, es una de las nuevas voces de la narrativa irlandesa. Este relato forma parte de Antártida, volumen que Eterna Cadencia publica en estos días
Noticias de ADN Cultura
Por Claire Keegan
Lo intentarán en verano. Juntos, van a confrontar su pasado, la fuente de todo su problema, y erradicarlo. Ésa, al menos, es la teoría.
La primera noche, se sientan afuera, delante de la casa, los tres niños, su padre y Robin, la nueva esposa. Los niños se sientan en el columpio del porche, sin decir palabra. El cielo está de un fantasmagórico azul policía. El mayor, cuyas piernas son las más largas, los separa de la verja con los pies, su hermano y hermana a cada lado de él. El padre está sentado en la mecedora, pero no se mece. En lugar de eso, está recordando olores de fibra y ungüento, gasa envuelta en papel de aluminio, vinagre helado para una quemadura. Su nueva esposa está en la verja, limándose las uñas. Físicamente, es exactamente lo opuesto de la madre de los chicos, una mujer simple, de poco busto, con el cabello oscuro que le llega hasta la cintura. Todo el mundo está escuchando. Los altos pinos peinan al viento. (¿Quién anda ahí?, parece decir: ¿Quién? ¿Quién?). La cadena de la silla cruje. Allá en el campo, algo se sacude ruidosamente, una vaca, que quizás se rasca contra una reja. Los chicos siguen columpiándose, chocando con la oscuridad.
Cuando la niña cierra los ojos, su padre la levanta y la lleva adentro. Los varones, que no desean quedarse solos con su madrastra, pronto los siguen.
Se enciende la luz del dormitorio; brilla débilmente a través de las ventanas sucias. Robin oye cómo se hunden los colchones sobre los resortes, las zapatillas que caen sobre pisos de madera, el chasquido de un cinturón, un cierre relámpago, voces bajas. Está oscuro y estrellado, y hay serpientes en los alrededores. Un camino cubierto de grava que lleva hasta una casa desconocida, el olor a humedad y a ganado, charcos de agua de lluvia en el patio poceado.
Su marido sale y cruza el porche. Cuando habla, su voz suena potente y tierna. No lamenta haberse casado con él.
-Nadie dice que no podemos volver atrás, Robin. Nada es definitivo. Lo sabes.
-Lo sé -dice y se estira para apretarle la mano.
-Tenemos que hacer las paces con esa cosa. Si esto no funciona, siempre podemos volver a la ciudad, y acá no ha pasado nada. ¿Entiendes?
Ella asiente en la oscuridad.
-Dios, es como retroceder en el tiempo. Sigo esperando oír el ruido del cajón de los cubiertos que se cierra de golpe. Así empezaba. Cuando golpeaba el cajón de los cuchillos, uno ya olía problemas -dice, aferrándose a la verja hasta que los nudillos se le ponen blancos-. ¿Ves ese columpio? Lo hice instalar para el chico, para que pudiera columpiarse descalzo y enfriarse las quemaduras. Dios -y menea la cabeza, como si todo estuviera más allá de él-. He sido un tonto por tanto tiempo.
-Vamos a la cama, querido -dice Robin, tomándolo de la mano.
Sus pertenencias, cajas y bolsos están vacíos, desperdigados por el suelo, pero ella se abre camino hasta el último dormitorio por el resplandor de los veladores de los niños.
Ellos se desvisten y acuestan sin preocuparse por lavarse o cepillarse los dientes. Robin se tapa con la manta hasta el mentón. En la oscuridad, no alcanza a distinguirlo. No puede decir lo oscuro que está ahí afuera. No caminaría sola por ese camino de grava ni que le pagaran un millón de dólares. Se acurruca en el calor del cuerpo de su marido, siente el sueño, tironeando, arrastrándola y, cuando se rinde, dejándose ir, recuerda que allí era donde dormía la ex mujer de él.
A la mañana, dejan las puertas y ventanas abiertas y un viento fresco recorre la casa. Algunas de las aldabas de las ventanas están duras; hay telarañas en cada rincón. Los niños inspeccionan las polillas muertas y los insectos en las repisas de las ventanas, los dan vuelta con escarbadientes, cuentan las patas, les arrancan las alas.
-¡Qué asco! -dice la niña, al encontrar una cucaracha pequeña debajo de una vieja caja de Cornflakes en la despensa.
Sobre todo hay una gruesa capa de polvo blanco. La niña escribe su nombre sobre la mesada. (Hace poco que ha aprendido a leer y a escribir). La cabeza embalsamada de venado que está encima del hogar da la impresión de que hubiese venido de la nieve. Robin odia sus ojos plásticos y mirones, y hay algo sombrío a propósito de la cocina, con sus paredes naranja, los gansos azules de madera, volando en V, sobre la pileta, la mesa de la cocina que se tambalea.
Desayunan comida basura, sobras del viaje: galletas, queso, papas fritas. Robin raspa lo que queda de un café instantáneo en un frasco, hierve agua en una olla. Buena parte de los cubiertos que hay en los cajones están oxidados.
Al abrir la heladera, ve pickles que flotan en un frasco de vinagre verde, bulbos secos de ajo, salchichas arrugadas.
-¿Quién quiere una inyección de penicilina? -pregunta, sosteniendo un tomate mohoso.
Después del desayuno, exploran la casa. La parte habitada de la casa está toda en el primer piso: la cocina, una sala de estar grande y con techo alto, tres dormitorios con baños y un dormitorio colectivo con ocho camas de una plaza. (La familia ampliada solía venir para el Día de Acción de Gracias). Afuera de la cocina, un cuarto de trastos con una máquina de lavar y una secadora, una cuna, una pared con estantes donde se apilan latas de pintura, andadores, frisbees, carbón. Todo descolorido por haber estado expuesto demasiado tiempo al sol. Bajan por las escaleras de la sala de estar hasta la planta baja, que está vacía. No hay nada ahí, sólo una sensación de lugar cerrado, un piso de hormigón, viejos olores a cuero, raíces y ratones. El segundo niño se queda arriba de los escalones y observa cómo los demás descienden y vuelven, pero no se aventura a bajar.
El patio se continúa en un establo con caballerizas, fardos de heno, un cobertizo para las gallinas con hongos venenosos del lado de adentro. En el extremo más lejano de la casa, brotan de los árboles duraznos pequeños y duros.
El sol matinal sume ese lado de la casa en una sombra profunda y palpable. Las cañas de bambú sobre las que se apoyaban arvejas y habas todavía se yerguen oblicuas en la parcela de los vegetales. Los niños las desencajan de la tierra y las arrojan como jabalinas por encima de la hierba alta. La niña está callada, cargando su jirafa de peluche, sosteniéndola para espiar a través de las rendijas del gallinero las caballerizas en el establo, leyendo los nombres de las marcas en las bolsas de comida vacías.
Cuando los varones se van al pueblo con el padre para buscar provisiones, Robin lleva a la niña a recoger flores silvestres al campo. Los alrededores son color rojo sangre, con algunos arbustos cuyo nombre desconoce. La niña señala la hiedra venenosa, le dice a Robin "cuidado" y se estira para arrancar los capullos más rojos y pesados. Robin ve la cicatriz circular en la muñeca de la niña, pero no dice nada. Caminan de vuelta a la casa atravesando los pastizales sibilantes. La niña encuentra en el cuarto de los trastos unas viejas latas de tomates italianos, les saca las etiquetas descoloridas, debajo de las cuales se revela la hojalata brillante y plateada, y arregla las flores rojas, mientras Robin barre los pisos.
-¿Has visto alguna vez tanto polvo? -dice Robin.
La niña se ríe y los varones vuelven con bolsas de papel madera con productos de almacén y cajitas felices de McDonald´s. Su padre trajo un bidón de agua potable para el surtidor. Cuando la niña se trepa a un taburete, la mesa tambalea y su bebida se derrama. Su rostro se ve surcado por una mirada de terror. Empieza a llorar fuera de toda proporción.
-¡Eh! -dice su padre-. ¡Eh, querida! ¿Qué pasa? Toma, no es para tanto. Toma, bebe la mía.
La sienta sobre sus rodillas y le da un sorbo de su bebida, hunde una papa frita en el ketchup y le dice que es una niña buena, su niña, que coma, que pronto va a ser tan alta como ese pasto del patio, pero la niña se desliza entre sus rodillas y se acurruca buscando refugio debajo de la mesa.
Esa noche, en la cama, después de que los niños se han ido a dormir y que se cerraron las puertas, hablan.
-Tal vez, viniendo acá, abro una lata llena de gusanos -dice él-. Trayendo a los niños. Abriendo una gran lata de gusanos.
-No me parece, querido.
-Es como si esa puta todavía estuviera aquí. Lo siento. Los niños lo sienten -dice-. ¿La viste hoy, lo mal que se puso por sólo derramar su bebida? Quizás esto no es necesario. Toda esa mierda de charlatanería psicológica sobre enfrentarse al pasado -dice, estirándose para subir la potencia del ventilador. Aun cuando es otoño, siente calor en esos cuartos, demasiado calor para estar cómodo-. Una vez estábamos en un restaurante, y derramó su jugo de uvas, que mancha. Era un lugar sofisticado, con un mantel blanco y todo. Bien, mi esposa explotó de furia y le cruzó una cachetada a nuestra hijita antes de que yo pudiera moverme.
-Dios.
Él bebe agua de un vaso de plástico. Algunos de los pelos de su vientre se le han puesto blancos.
-Quizás deberíamos transformar el lugar, renovarlo, cambiar las cosas de sitio -dice Robin-. Podríamos invitar a algunos de los amigos de los chicos. No es que vaya a faltar espacio.
-Quizás -dice, pasándose la mano por la frente-. Tal vez deberíamos hacer que tiraran agua bendita, llamar al cura. Tal vez deberíamos prenderle fuego al lugar y mandarnos a mudar de aquí. Volver a casa, hacer que nos vean los psicólogos.
-No te preocupes -dice ella, rascándole la cabeza-. Todo va a salir bien, ya verás.
-Eso espero -dice él, acomodándose las almohadas-. Por cierto que eso espero.
La cocina es en lo primero que empiezan a trabajar. Sacan todos los muebles, el aparador, la mesa que se tambalea, retiran de las paredes los patos de madera y el extintor y vacían todos los cajones. Dibujan un croquis para una nueva cocina en la parte posterior de un viejo calendario del Whitney Bank. Se deciden por una isla. Algo alrededor de lo que se puedan sentar todos y cocinar. Dejan que cada uno de los niños elija un nombre de la sección "Carpinteros" en las páginas amarillas y llaman para pedir presupuestos.
Cuando termina la semana, la isla se construye en el centro de la cocina. Nada lujoso, apenas un mostrador alto y rectangular, con cajones abajo. El gasista instaló por adentro un caño que se une a las hornallas. Robin se llevó a la niña a la cooperativa y eligieron unas bonitas tejas rojo ladrillo para los zócalos y tejas decorativas con hojas color beige para el borde. Juntas, mezclan cemento blanco en una palangana y lo colocan. La mujer deja que la niña se quede levantada hasta tarde para ayudarla, mientras todos los demás duermen. Compra seis sillas de director, del tipo de esas a las que se les saca el asiento de tela para poder meterlo en el lavarropas; hace venir a un electricista para que instale interruptores que disminuyen la luz encima de la repisa. Los niños atornillan ganchos en la viga y cuelgan todos los utensilios de cocina del techo.
La noche en que terminan el trabajo, el padre va hasta el mercado de Winn-Dixie para comprar cerveza sin alcohol. Robin tiene una bandeja de lasañas en el horno y de postre cocina una torta de chocolate. Los niños se arrodillan sobre las sillas de director que hay alrededor de la isla para ayudar. Robin pone al mayor a cargo de tamizar la harina y la cocoa, mientras ella mezcla la manteca y el azúcar con una cuchara de madera. La niña mide las cucharaditas de polvo de hornear y maicena, y enmanteca el molde, en tanto su hermano bate los huevos. Robin les concede a cada uno un turno en el bol, le sonríe al mayor, que es zurdo y mezcla contra la dirección de las agujas del reloj. Verifica el horno, vierte la masa en el molde. Los niños lamen el bol hasta dejarlo limpio.
-Bueno -dice Robin-, papá está por llegar. Vamos a limpiar.
Robin enciende una vela y la ubica en el medio de la isla, baja las luces. Busca flores rojas en el alféizar y nota que hay algo a sus pies. Al principio cree que es un ratón.
No les teme a los ratones. La niña es la primera que grita. Los niños instintivamente se trepan sobre la isla y la vela encendida se cae.
Y es así como los ve el padre: los tres niños y su nueva esposa que gritan, una llama desnuda, un fuego que comienza en la cocina y el piso que se mueve. Rápidamente apaga la vela antes de que el fuego se propague y mira el suelo. Nunca ha visto nada igual. Por alguna razón, no puede moverse. En cambio, recuerda una vieja película en blanco y negro con langostas que descienden sobre un campo en algún lugar de África, borrando una cosecha entera, el medio de subsistencia, en minutos.
Las cucarachas están en todas partes. Cucarachas duras y brillantes. Se arrastran alrededor de la isla, avanzando rápidamente por las puertas de la mesada, detrás de las canillas, debajo del surtidor de agua. Se arremolinan detrás de las flores del alféizar, que huelen a pis de gato. El sonido que producen no es muy distinto del de la llovizna. Los niños se quedan sobre la isla. El mayor agarra los utensilios de cocina de la viga, la cuchara de servir, la paleta de servir, el cucharón, y se los pasa a sus hermanos. Empieza la matanza.
Las aplastan con las zapatillas. La niña, renuente al principio, se arremanga, para darles un buen golpe. Robin corre hasta el cuarto de los trastos. Sus zapatos producen un sonido horrible a cada paso. Trae raquetas de tenis y un bate de béisbol de plástico, y también participa de la masacre. Su marido está paralizado. Su nueva esposa está matando con ambas manos.
-¡No te quedes ahí! -le grita ella-. ¡Ayúdanos!
Le pasa el bate de béisbol, abre una de las puertas del bajo mesada y se desparrama una nueva camada de invasoras sobre el piso. Un rápido torrente se arrastra desde lo que parece ser el corazón de la casa, desde la planta baja hasta el centro de la cocina. Una oleada de voces infantiles, agudas e irreverentes, atruena por toda la casa. Todos trepan, desean exterminarlas.
-¡Vamos! -grita el padre-. ¡Vamos, putas!
No pueden decir cuánto tiempo pasa antes de que el torrente brillante de cucarachas decrezca hasta convertirse en un hilillo y se detenga. Las cejas del padre están empapadas de sudor, a la niña se le corrió el elástico de la cola de caballo hasta quedar casi en la punta del pelo, los varones jadean como si hubieran jugado un partido de fútbol. No huelen la cena, que se quemó. Están mirando. Están escuchando. Todos están escuchando. Pueden oír los latidos de sus propios corazones. Al caer una gota de agua en la pileta de la cocina, plop, se sobresaltan, al mismo tiempo, todos juntos.
Traducción: Jorge Fondebrider
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Narrativa literatura europea
Enérgico planteo a la UE por las Malvinas
Para Europa, desde hoy son británicas
Lucas Colonna
LA NACION
El gobierno de Cristina Kirchner reclamó formalmente ayer a los 27 países que conforman la Unión Europea (UE) por la inclusión de las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y del sector antártico argentino en el tratado europeo de Lisboa que empezará a regir hoy.
La disputa por el archipiélago que condiciona la relación entre la Argentina y el Reino Unido abrió, de este modo, un capítulo de tensión diplomática con uno de los bloques comerciales y políticos más importantes del mundo.
Finalmente, después de varios años de negociaciones, las islas fueron incorporadas con bandera británica al tratado de Lisboa, que reemplaza a la frustrada Constitución europea. Por instrucción de la Presidenta, la Cancillería hizo llegar a los ministerios de Relaciones Exteriores de las naciones europeas que conforman la UE una nota de protesta en la cual se expresa el "rechazo" a la medida.
El vicecanciller, Victorio Taccetti, fue el encargado de hacer conocer el planteo argentino, que incluyó, además, la reiteración de la "irrenunciable e indeclinable" soberanía nacional sobre esos territorios.
"Hemos hecho planteos ante la UE y ante los demás países. En todos los casos, se hizo saber que no reconocemos esa previsión del Tratado de Lisboa. Lo que se hizo es refirmar la posición indeclinable e irrenunciable de soberanía que tenemos sobre esos territorios. El tratado debería haber indicado, como mínimo, que hay una disputa de soberanía en marcha", dijo Taccetti a LA NACION.
La queja argentina se expresó por medio de una nota diplomática. Allí, el Gobierno rechazó ante las instituciones y los Estados miembros de la Unión Europea la inclusión de partes del territorio nacional argentino en la lista de países y territorios a los que se aplica el régimen de asociación de los países y territorios de ultramar del tratado.
"El gobierno argentino requiere que las autoridades de la Unión Europea y sus Estados miembros tengan en cuenta que los territorios argentinos se encuentran en una situación especial, que difiere de aquella en que se encuentran los demás países y territorios de ultramar, pues su futuro está indisolublemente vinculado con la solución de la disputa de soberanía entre la Argentina y el Reino Unido", dijo la Cancillería en un comunicado oficial.
El camino que siguió Europa para llegar al tratado fue por demás accidentado. El texto fundacional fue firmado por los líderes de los 27 países que conforman la Unión Europea el 13 de diciembre de 2007, con la intención de sustituir una Constitución de la Unión Europea que fue rechazada por los votantes franceses y holandeses en 2005. Y hoy, luego de una ceremonia en la que participarán las máximas autoridades de la UE y de Portugal, entrará en vigor (ver aparte).
El capítulo conflictivo para la Argentina se encuentra en su anexo número dos, denominado Asociación de los Países y Territorios de Ultramar. Allí, el Reino Unido incluyó como propios a las Malvinas y a parte del territorio antártico. Esto fue avalado por los demás miembros de la UE que suscriben el tratado, pese a que algunos de ellos reconozcan en los foros multilaterales la existencia de una disputa de soberanía.
"Lo que queda de manifiesto en el tratado es la posición del Reino Unido", graficó Taccetti.
De todos modos, desde el gobierno nacional intentaron minimizar ayer el impacto que podría tener el reconocimiento europeo a las pretensiones británicas en el reclamo argentino de soberanía.
"Nuestra posición queda salvaguardada a partir de la queja formal. La Argentina, además, aprovechará todos los foros multilaterales para redoblar su posición. Nuestros derechos están salvaguardados con la manifestación que hemos hecho", explicó el vicecanciller.
En el Gobierno reconocen que el tratado abre un capítulo de tensión con la Unión Europea, justo en momentos en que la Argentina y España tomaron el compromiso de renovar el impulso de las relaciones políticas y económicas entre el Viejo Continente y la región. Ese compromiso, incluso, fue suscripto durante una visita a Buenos Aires de la vicepresidenta del gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega.
"Esto es un tema entre la UE como bloque y la Argentina. No es lo mejor en este contexto", reconoció el vicecanciller Taccetti.
Hoja de ruta
El planteo diplomático. El gobierno de Cristina Kirchner reclamó a los 27 países que conforman la UE la inclusión de las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, y del sector antártico argentino, en el tratado europeo de Lisboa que hoy entra en vigor.
El Tratado de Lisboa. Las islas fueron incorporadas con bandera británica en el tratado, que reemplaza a la frustrada Constitución europea. Básicamente, se reconocen las pretensiones británicas sobre esos territorios, que se encuentran en disputa de soberanía.
Un nuevo frente. La queja argentina se expresó por medio de una nota diplomática remitida a las cancillerías de las naciones europeas. La disputa por el archipiélago que condiciona la relación bilateral entre la Argentina y el Reino Unido abrió, así, un capítulo de tensión diplomática con uno de los bloques comerciales y políticos más importantes del mundo.
Para Europa, desde hoy son británicas
Lucas Colonna
LA NACION
El gobierno de Cristina Kirchner reclamó formalmente ayer a los 27 países que conforman la Unión Europea (UE) por la inclusión de las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y del sector antártico argentino en el tratado europeo de Lisboa que empezará a regir hoy.
La disputa por el archipiélago que condiciona la relación entre la Argentina y el Reino Unido abrió, de este modo, un capítulo de tensión diplomática con uno de los bloques comerciales y políticos más importantes del mundo.
Finalmente, después de varios años de negociaciones, las islas fueron incorporadas con bandera británica al tratado de Lisboa, que reemplaza a la frustrada Constitución europea. Por instrucción de la Presidenta, la Cancillería hizo llegar a los ministerios de Relaciones Exteriores de las naciones europeas que conforman la UE una nota de protesta en la cual se expresa el "rechazo" a la medida.
El vicecanciller, Victorio Taccetti, fue el encargado de hacer conocer el planteo argentino, que incluyó, además, la reiteración de la "irrenunciable e indeclinable" soberanía nacional sobre esos territorios.
"Hemos hecho planteos ante la UE y ante los demás países. En todos los casos, se hizo saber que no reconocemos esa previsión del Tratado de Lisboa. Lo que se hizo es refirmar la posición indeclinable e irrenunciable de soberanía que tenemos sobre esos territorios. El tratado debería haber indicado, como mínimo, que hay una disputa de soberanía en marcha", dijo Taccetti a LA NACION.
La queja argentina se expresó por medio de una nota diplomática. Allí, el Gobierno rechazó ante las instituciones y los Estados miembros de la Unión Europea la inclusión de partes del territorio nacional argentino en la lista de países y territorios a los que se aplica el régimen de asociación de los países y territorios de ultramar del tratado.
"El gobierno argentino requiere que las autoridades de la Unión Europea y sus Estados miembros tengan en cuenta que los territorios argentinos se encuentran en una situación especial, que difiere de aquella en que se encuentran los demás países y territorios de ultramar, pues su futuro está indisolublemente vinculado con la solución de la disputa de soberanía entre la Argentina y el Reino Unido", dijo la Cancillería en un comunicado oficial.
El camino que siguió Europa para llegar al tratado fue por demás accidentado. El texto fundacional fue firmado por los líderes de los 27 países que conforman la Unión Europea el 13 de diciembre de 2007, con la intención de sustituir una Constitución de la Unión Europea que fue rechazada por los votantes franceses y holandeses en 2005. Y hoy, luego de una ceremonia en la que participarán las máximas autoridades de la UE y de Portugal, entrará en vigor (ver aparte).
El capítulo conflictivo para la Argentina se encuentra en su anexo número dos, denominado Asociación de los Países y Territorios de Ultramar. Allí, el Reino Unido incluyó como propios a las Malvinas y a parte del territorio antártico. Esto fue avalado por los demás miembros de la UE que suscriben el tratado, pese a que algunos de ellos reconozcan en los foros multilaterales la existencia de una disputa de soberanía.
"Lo que queda de manifiesto en el tratado es la posición del Reino Unido", graficó Taccetti.
De todos modos, desde el gobierno nacional intentaron minimizar ayer el impacto que podría tener el reconocimiento europeo a las pretensiones británicas en el reclamo argentino de soberanía.
"Nuestra posición queda salvaguardada a partir de la queja formal. La Argentina, además, aprovechará todos los foros multilaterales para redoblar su posición. Nuestros derechos están salvaguardados con la manifestación que hemos hecho", explicó el vicecanciller.
En el Gobierno reconocen que el tratado abre un capítulo de tensión con la Unión Europea, justo en momentos en que la Argentina y España tomaron el compromiso de renovar el impulso de las relaciones políticas y económicas entre el Viejo Continente y la región. Ese compromiso, incluso, fue suscripto durante una visita a Buenos Aires de la vicepresidenta del gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega.
"Esto es un tema entre la UE como bloque y la Argentina. No es lo mejor en este contexto", reconoció el vicecanciller Taccetti.
Hoja de ruta
El planteo diplomático. El gobierno de Cristina Kirchner reclamó a los 27 países que conforman la UE la inclusión de las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, y del sector antártico argentino, en el tratado europeo de Lisboa que hoy entra en vigor.
El Tratado de Lisboa. Las islas fueron incorporadas con bandera británica en el tratado, que reemplaza a la frustrada Constitución europea. Básicamente, se reconocen las pretensiones británicas sobre esos territorios, que se encuentran en disputa de soberanía.
Un nuevo frente. La queja argentina se expresó por medio de una nota diplomática remitida a las cancillerías de las naciones europeas. La disputa por el archipiélago que condiciona la relación bilateral entre la Argentina y el Reino Unido abrió, así, un capítulo de tensión diplomática con uno de los bloques comerciales y políticos más importantes del mundo.
México recibe otra vez el Cervantes
A los 70 años, José Emilio Pacheco fue premiado por su condición de "poeta excepcional"
Pacheco concluye un 2009 lleno de reconocimientos
MADRID.- El escritor mexicano José Emilio Pacheco ganó ayer el Premio Cervantes, el más importante reconocimiento literario del mundo de habla hispana, apenas dos semanas después de haber sido galardonado con el Premio Reina Sofía.
El poeta, novelista, periodista y crítico literario, de 70 años, recibió la noticia en Guadalajara, donde se realiza la Feria Internacional del Libro, y declaró que se sentía sumido en "una sensación de irrealidad".
El jurado destacó "el distanciamiento irónico de la realidad" y el conocimiento lingüístico que hay en la obra del escritor. Tuvo en cuenta, además, "su condición de poeta excepcional, pero también que se trata de un narrador importantísimo".
Nacido el 30 de junio de 1930 en la capital mexicana, Pacheco es uno de los representantes de la llamada generación del 50. Es el cuarto autor mexicano premiado con el Cervantes, luego de Octavio Paz, Carlos Fuentes y Sergio Pitol.
Entre sus obras más conocidas se encuentran El reposo del fuego (1966), Morirás lejos (1967), Tarde de agosto (1992) y Siglo pasado (2000). Especialista en la literatura mexicana del siglo XIX, se ha destacado también como traductor de la obra de Tennessee Williams y de Samuel Beckett. A lo largo de 2009 recibió homenajes en su país al cumplir 70 años.
Anteayer, horas antes de ser premiado, había afirmado a la prensa en Guadalajara que veía "muy lejana" la posibilidad de ganar el Cervantes.
"Me despertaron con la noticia y desde ese momento estoy tratando de tomarme mi café con leche", dijo ayer con humor Pacheco, definido por Fuentes como "el más grande poeta mexicano con vida".
Juan Gelman, ganador del Cervantes en 2007 y miembro del jurado, dijo que Pacheco "es una figura intelectual que no se repite mucho en América latina, porque a sus dotes de poeta une las de narrador, crítico y periodista, todo eso sostenido por una cultura enorme y afinada".
"José Emilio Pacheco se puede definir como el idioma entero", dijo el presidente del jurado, José Antonio Pascual, que acompañó en el anuncio del premio a la ministra española de Cultura, Angeles González-Sinde. El galardón está dotado de 125.000 euros.
José Antonio Pascual Rodríguez, miembro del jurado y representante de la Real Academia Española, recomendó la lectura de Batallas en el desierto , un "cuento magnífico que tiene que ver con la infancia, la adolescencia y la juventud´´.
Desde Portugal, donde participaba en la Cumbre Iberoamericana, el presidente mexicano, Felipe Calderón, felicitó al autor. Dijo que con su obra Pacheco "ha enriquecido el acervo cultural de nuestro país y promovido las letras mexicanas en el ámbito internacional".
El Premio Cervantes fue creado en 1975 y otorgado alternativamente a escritores españoles y latinoamericanos. El año último lo ganó el novelista Juan Marsé y antes fueron galardonados Jorge Luis Borges, Ernesto Sabato, Adolfo Bioy Casares, Juan Gelman, Mario Vargas Llosa, Francisco Ayala, Gonzalo Rojas y Camilo Cela, entre otros.
"Es una gran noticia, la celebro enormemente. Pacheco es el más grande poeta vivo que tenemos en México, uno de los grandes poetas de la lengua castellana en todos los tiempos, una obra impresionante", dijo ayer Fuentes, en Guadalajara.
El personaje
JOSE EMILIO PACHECO
Escritor mexicano
Edad: 70 años
Obras conocidas: El reposo del fuego , Las batallas en el desierto , Morirás lejos , Tarde de agosto , Ciudad de la memoria , Siglo pasado
Nació en México y es poeta, ensayista, guionista, novelista y crítico literario. Recibió el Premio Iberoamericano de las Letras José Donoso 2001 y el Premio Reina Sofía de Poesía 2009, entre otras distinciones.
A los 70 años, José Emilio Pacheco fue premiado por su condición de "poeta excepcional"
Pacheco concluye un 2009 lleno de reconocimientos
MADRID.- El escritor mexicano José Emilio Pacheco ganó ayer el Premio Cervantes, el más importante reconocimiento literario del mundo de habla hispana, apenas dos semanas después de haber sido galardonado con el Premio Reina Sofía.
El poeta, novelista, periodista y crítico literario, de 70 años, recibió la noticia en Guadalajara, donde se realiza la Feria Internacional del Libro, y declaró que se sentía sumido en "una sensación de irrealidad".
El jurado destacó "el distanciamiento irónico de la realidad" y el conocimiento lingüístico que hay en la obra del escritor. Tuvo en cuenta, además, "su condición de poeta excepcional, pero también que se trata de un narrador importantísimo".
Nacido el 30 de junio de 1930 en la capital mexicana, Pacheco es uno de los representantes de la llamada generación del 50. Es el cuarto autor mexicano premiado con el Cervantes, luego de Octavio Paz, Carlos Fuentes y Sergio Pitol.
Entre sus obras más conocidas se encuentran El reposo del fuego (1966), Morirás lejos (1967), Tarde de agosto (1992) y Siglo pasado (2000). Especialista en la literatura mexicana del siglo XIX, se ha destacado también como traductor de la obra de Tennessee Williams y de Samuel Beckett. A lo largo de 2009 recibió homenajes en su país al cumplir 70 años.
Anteayer, horas antes de ser premiado, había afirmado a la prensa en Guadalajara que veía "muy lejana" la posibilidad de ganar el Cervantes.
"Me despertaron con la noticia y desde ese momento estoy tratando de tomarme mi café con leche", dijo ayer con humor Pacheco, definido por Fuentes como "el más grande poeta mexicano con vida".
Juan Gelman, ganador del Cervantes en 2007 y miembro del jurado, dijo que Pacheco "es una figura intelectual que no se repite mucho en América latina, porque a sus dotes de poeta une las de narrador, crítico y periodista, todo eso sostenido por una cultura enorme y afinada".
"José Emilio Pacheco se puede definir como el idioma entero", dijo el presidente del jurado, José Antonio Pascual, que acompañó en el anuncio del premio a la ministra española de Cultura, Angeles González-Sinde. El galardón está dotado de 125.000 euros.
José Antonio Pascual Rodríguez, miembro del jurado y representante de la Real Academia Española, recomendó la lectura de Batallas en el desierto , un "cuento magnífico que tiene que ver con la infancia, la adolescencia y la juventud´´.
Desde Portugal, donde participaba en la Cumbre Iberoamericana, el presidente mexicano, Felipe Calderón, felicitó al autor. Dijo que con su obra Pacheco "ha enriquecido el acervo cultural de nuestro país y promovido las letras mexicanas en el ámbito internacional".
El Premio Cervantes fue creado en 1975 y otorgado alternativamente a escritores españoles y latinoamericanos. El año último lo ganó el novelista Juan Marsé y antes fueron galardonados Jorge Luis Borges, Ernesto Sabato, Adolfo Bioy Casares, Juan Gelman, Mario Vargas Llosa, Francisco Ayala, Gonzalo Rojas y Camilo Cela, entre otros.
"Es una gran noticia, la celebro enormemente. Pacheco es el más grande poeta vivo que tenemos en México, uno de los grandes poetas de la lengua castellana en todos los tiempos, una obra impresionante", dijo ayer Fuentes, en Guadalajara.
El personaje
JOSE EMILIO PACHECO
Escritor mexicano
Edad: 70 años
Obras conocidas: El reposo del fuego , Las batallas en el desierto , Morirás lejos , Tarde de agosto , Ciudad de la memoria , Siglo pasado
Nació en México y es poeta, ensayista, guionista, novelista y crítico literario. Recibió el Premio Iberoamericano de las Letras José Donoso 2001 y el Premio Reina Sofía de Poesía 2009, entre otras distinciones.
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Narrativa literatura latinoamericana
Un bloguero brasileño deberá pagar 8000 dólares por un comentario ofensivo
Un estudiante de periodismo deberá cumplir con una indemnización de 16.000 reales a la directora de un colegio por una opinión que un lector anónimo dejó en su sitio web personal
El autor de un blog brasileño deberá pagar una indemnización de 16.000 reales, poco más de 8300 dólares, a una directora de un colegio, que radicó una denuncia judicial por los "daños morales" que le provocó el comentario de un lector anónimo en una de las publicaciones del sitio web.
Emilio Moreno Da Silva Neto, un estudiante de periodismo de 33 años residente de la ciudad de Fortaleza, en el estado de Ceará, Brasil, había publicado en su blog Libertad Digital una nota sobre una pelea que se produjo en 2008 entre los alumnos del colegio Santa Cecilia. Entre los comentarios del post hubo un insulto a la directora del establecimiento, la monja Eulália Maria Wanderley de Lima, lo que motivó una demanda judicial.
El estudiante dijo que no cuenta con el dinero suficiente para enfrentar la demanda. "Lamento que no haya un diálogo más tranquilo, sin necesidad de recurrir a la justicia. Ofrecí un derecho de réplica y eliminé el comentario de inmediato", le dijo el estudiante de periodismo al sitio de noticias online G1 de globo.com , y cree que "de todas formas, esto es el resultado de un gran malentendido".
Este caso plantea los inconvenientes que genera la regulación de contenidos en Internet, con definiciones difusas y poco claras. "Es un tema muy controvertido y que merece una reflexión de parte de todos los que formamos parte de la Red. Al margen de la decisión de la justicia, debemos iniciar un debate serio al respecto", dijo Neto desde su blog Libertad Digital , y agradeció las muestras de apoyo que recibió en Internet.
Un estudiante de periodismo deberá cumplir con una indemnización de 16.000 reales a la directora de un colegio por una opinión que un lector anónimo dejó en su sitio web personal
El autor de un blog brasileño deberá pagar una indemnización de 16.000 reales, poco más de 8300 dólares, a una directora de un colegio, que radicó una denuncia judicial por los "daños morales" que le provocó el comentario de un lector anónimo en una de las publicaciones del sitio web.
Emilio Moreno Da Silva Neto, un estudiante de periodismo de 33 años residente de la ciudad de Fortaleza, en el estado de Ceará, Brasil, había publicado en su blog Libertad Digital una nota sobre una pelea que se produjo en 2008 entre los alumnos del colegio Santa Cecilia. Entre los comentarios del post hubo un insulto a la directora del establecimiento, la monja Eulália Maria Wanderley de Lima, lo que motivó una demanda judicial.
El estudiante dijo que no cuenta con el dinero suficiente para enfrentar la demanda. "Lamento que no haya un diálogo más tranquilo, sin necesidad de recurrir a la justicia. Ofrecí un derecho de réplica y eliminé el comentario de inmediato", le dijo el estudiante de periodismo al sitio de noticias online G1 de globo.com , y cree que "de todas formas, esto es el resultado de un gran malentendido".
Este caso plantea los inconvenientes que genera la regulación de contenidos en Internet, con definiciones difusas y poco claras. "Es un tema muy controvertido y que merece una reflexión de parte de todos los que formamos parte de la Red. Al margen de la decisión de la justicia, debemos iniciar un debate serio al respecto", dijo Neto desde su blog Libertad Digital , y agradeció las muestras de apoyo que recibió en Internet.
Los celulares, nuevos enemigos de los equipos GPS tradicionales
El auge de los servicios de localización geográfica como Google Maps Navigation y las nuevas funciones incorporadas en los smartphones provoca un replanteo en las estrategias de empresas como Garmin y TomTom
KANSAS CITY, (AP).- El aumento en la oferta de teléfonos celulares con tecnología de posicionamiento global , una función denominada GPS, pone en aprietos la vida a los fabricantes de los dispositivos personales de navegación que orientan a los conductores a dirigirse a destino.
Ante este panorama, los fabricantes de artefactos de GPS tendrán que transformar sus simples lectores de mapas en dispositivos inteligentes que ofrezcan una cantidad de servicios adicionales, como instrucciones para eludir los embotellamientos de tránsito.
De otro modo, se arriesgan a quedar rezagados en un futuro en que los clientes consideren la navegación como apenas una aplicación más de sus teléfonos. Algunas de las nuevas aplicaciones ya se asemejan mucho a lo que pueden hacer los artefactos de GPS que se colocan sobre el tablero del vehículo.
Algunas de las nuevas aplicaciones para celulares ya se asemejan mucho a lo que pueden hacer los artefactos de GPS que se colocan sobre el tablero del auto
"Hay que redefinir la categoría de algún modo, tal como Apple lo hizo con el iPod Touch", opinó Ross Rubin , analista de tecnología de la firma de investigación The NPD Group. "Eso lo convirtió de un reproductor de medios en algo que se conectaba con la red".
Garmin, TomTom y otros fabricantes de artefactos de navegación por satélite podrían seguir el ejemplo de los fabricantes de cámaras, que han convencido a los consumidores que todavía necesitan cámaras solas porque hay una significativa caída de calidad con las cámaras incorporadas a los teléfonos celulares.
Con una estrategia similar, los fabricantes de GPS buscan formular un argumento similar para sus aparatos, al añadir suficientes servicios extra como para atraer a los compradores.
El auge de los servicios de localización geográfica como Google Maps Navigation y las nuevas funciones incorporadas en los smartphones provoca un replanteo en las estrategias de empresas como Garmin y TomTom
KANSAS CITY, (AP).- El aumento en la oferta de teléfonos celulares con tecnología de posicionamiento global , una función denominada GPS, pone en aprietos la vida a los fabricantes de los dispositivos personales de navegación que orientan a los conductores a dirigirse a destino.
Ante este panorama, los fabricantes de artefactos de GPS tendrán que transformar sus simples lectores de mapas en dispositivos inteligentes que ofrezcan una cantidad de servicios adicionales, como instrucciones para eludir los embotellamientos de tránsito.
De otro modo, se arriesgan a quedar rezagados en un futuro en que los clientes consideren la navegación como apenas una aplicación más de sus teléfonos. Algunas de las nuevas aplicaciones ya se asemejan mucho a lo que pueden hacer los artefactos de GPS que se colocan sobre el tablero del vehículo.
Algunas de las nuevas aplicaciones para celulares ya se asemejan mucho a lo que pueden hacer los artefactos de GPS que se colocan sobre el tablero del auto
"Hay que redefinir la categoría de algún modo, tal como Apple lo hizo con el iPod Touch", opinó Ross Rubin , analista de tecnología de la firma de investigación The NPD Group. "Eso lo convirtió de un reproductor de medios en algo que se conectaba con la red".
Garmin, TomTom y otros fabricantes de artefactos de navegación por satélite podrían seguir el ejemplo de los fabricantes de cámaras, que han convencido a los consumidores que todavía necesitan cámaras solas porque hay una significativa caída de calidad con las cámaras incorporadas a los teléfonos celulares.
Con una estrategia similar, los fabricantes de GPS buscan formular un argumento similar para sus aparatos, al añadir suficientes servicios extra como para atraer a los compradores.
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