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viernes, 30 de octubre de 2009

Héroes olvidados: Manuel Belgrano

Belgrano, garante de un préstamo



Viernes 30 de Octubre de 2009 Para pagarlo, se proyectó vender su vivienda de Tucumán. Por Carlos Páez de la Torre (h). - Redacción LA GACETA.


Como es sabido, el general Manuel Belgrano falleció en Buenos Aires el 20 de junio de 1820, a poco de llegar de Tucumán. El 14 de agosto, su hermano, Domingo Belgrano, escribió a nuestra ciudad al doctor José Agustín Molina, "el obispo Molina".
Suponía conocido que "mi querido Manuel" falleció "el 20 de junio, habiendo cumplido 50 años el 3 del mismo".


Su enfermedad, decía, fue "más penosa por la verdadera necesidad en que se hallaba, con muy escasos socorros del Gobierno y sin más auxilio que el mío". Lo había asistido fray Cayetano Rodríguez.

Quería pedir un favor a Molina. Sucedía que el general había garantizado con su firma "varias obligaciones para el Ejército, pues sólo a su persona querían prestarle". Entre esos libramientos estaba el de Teodoro Fresco, que el Estado no pudo pagar, cosa que "hirió tan vivamente en lo puro de su honradez" a Belgrano, que "la melancolía acabó con él".

Ahora, Domingo no tenía cómo pagar a Fresco. Le había aconsejado presentarse al Gobierno y, si no conseguía resultados, que "se venda la casita que hay en ésa (en Tucumán) de su propiedad, cuyo terreno pagó al edificarla, y con ello se pague a dicho Fresco los mil y cerca de trescientos pesos que suplió a un comandante de la división de Santa Cruz y a un capitán Videla para vestirlo", decía.
Rogaba a Molina que examinase el estado de la casa y tomara posesión en su nombre, salvo que Manuel la hubiera donado a alguien; que la tasara "y según el resultado del valor, o la ofreces a Fresco o a la vendes".

La carta se conserva en la Colección Miguel Alfredo Nougués, del Museo Histórico "Presidente Avellaneda".

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