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lunes, 8 de febrero de 2010

Indias Blancas de Florencia Bonelli

1870, Argentina, país de eternas polarizaciones.

Laura Escalante, joven de apellido ilustre, dueña de una belleza singular, desafía los preceptos del decoro de la alta sociedad porteña, cuando un telegrama le revela que su hermano cura Agustín, al que admira y ama, está gravemente enfermo.

Impetuosa, con rebeldía casi adolescente, Laura, cuenta con la complicidad de su criada negra María Pancha, pero pide ayuda a Julián, un hombre que enamorado de ella desde que la conoció niña, la acompaña en su viaje hasta Río Cuarto, Córdoba.

Apenas llegada, mientras cuida de Agustín, Laura recibe un diario, el de su tía Blanca Montes, primera esposa de su padre y cautiva del cacique Mariano Rosas.

Blanca revelará a Laura, todos y cada uno de los secretos mejor guardados de su familia, las intenciones verdaderas, las traiciones, la real naturaleza de las personalidades de todos aquellos a los que conoce, las razones de tanto desencuentro.

Pero el diario, también revelará un universo desconocido, no solo para Laura, sino para el lector: el de los Ranqueles, haciendo caer todos los prejuicios sobre el indígena en los que la misma Laura había sido educada, pero por sobre todo dando a conocer una historia de amor absolutamente conmovedora que convertirá a Blanca Montes en un secundario de lujo, casi hasta las lágrimas, no por tristeza, sino por la profundidad de las emociones relatadas.

Allí, lejos de la sociedad porteña, de su madre, de sus tías, de María Pancha que lucha por devolverle la vida a Agustín, de Julian, que parte a buscar al padre de Laura, ante la inminencia de un desenlace fatal para su hermano…Laura, lo conoce.

A él, Nahueltruz Guor, indio ranquel, de aspecto tan imponente como profundos sus ojos grises, que apenas revelan, la sangre blanca que corre por sus venas. Educado por curas, Nahueltruz conjuga la esencia de su pueblo, y las ideas de un hombre que reconoce la necesidad de cambiar conforme los vientos de progreso.

Hasta el punto en que intuye con certeza cuál será el destino final de su pueblo en un país destinado a tener un solo proyecto de nación: el de los blancos.

Un hombre, que sorprende y se ve sorprendido por el amor. ¿Deseo? ¿química?, ¿piel?. Nada más conocerse se eligen. Con recelo, pero con una pasión única, incontenible.

Tan diferentes uno del otro, coinciden en lo único que importa: el amor.

Pero…el destino querrá que importen otras cosas.

Laura y Nahuel (así lo llama ella), parecen dispuestos a enfrentar a todos, a todo, con tal de no separarse, pero aún en la tranquilidad y al amparo de un pequeño lugar del sur cordobés, cuando sus encuentros de furtivos amantes parecen tornarse seguros, no es la sociedad de doble moral, la que se interpondrá con éxito, sino la mezquindad de aquellos que aprovecharán las circunstancias de duda, el instante de vacilación de los mismos protagonistas, para quedarse con la batalla, que lejos de ser la última, parecerá torcer el camino de un amor que se niega a aceptar los caprichos del destino.

Me sorprendió. Lectora de otros libros argentinos con trasfondo histórico y un mínimo coqueteo romántico encontré que Florencia Bonelli transmite con agilidad literaria un relato sereno pero envolvente, conjugando las idas y vueltas entre el pasado y el presente de la historia central, en un laberinto de descripciones, secretos, revelaciones que tienen su máxima expresión en la relación de la pareja protagónica. Históricamente consistente, romántica de principio a fin, Bonelli crea una heroína capaz de equivocarse, aún con el riesgo de parecer inmadura, no en sus sentimientos sino en sus acciones. Pero sin duda, el Nahueltruz de Bonelli, es por lejos, su protagonista mejor delineado, inmenso en su historia personal, convicciones, apariencia y sufrimiento. IMPERDIBLE.

PD: les aseguro que las escenas de los protagonistas son magníficas. Pero el relato de Blanca Montes, es memorable ( y un montón de cosas, que no escribo para no aburrir).





MirtaS

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