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domingo, 10 de enero de 2010

Las marismas de Arnaldur Indridason (Un cadáver en mi blog)
18/11/2008 .UN CADÁVER EN MI BLOG. 18/10/2009.


Dado que el país cuenta con poco más de 300 mil habitantes y menos de 4 muertes violentas al año, la sección de sucesos de un periódico islandés debe de ser más reducida que el suplemento de espiritualidad del Playboy, lo que no quita que Arnaldur Indridason (Reikiavik, 1960) se las haya apañado para escribir una docena de novelas de crímenes ambientados en Islandia. Las marismas, premiada como la mejor novela negra nórdica en 2000, fue su tercera novela y la escogida por RBA para presentar en España al autor y a su protagonista: el inspector de Reikiavik Erlendur Sveinsson.

Y en Las marismas no se ha inventado un caso cualquiera, sino uno donde sólo quedan víctimas y ya no hay justicia que impartir; donde conocer la verdad ya no sirve sino para causar más dolor y lo único que reclaman las víctimas que han sobrevivido es que les dejen olvidar y quedarse con las cosas buenas que aún les quedan, si es que les queda alguna. Estamos en Islandia, la isla de hielo, un lugar en el que cuando no llueve nieva y en invierno sólo hay noche. Es bastante deprimente.

Estamos acostumbrados a los antihéroes de la novela negra. Pero, por muy desastrosa que sea su vida, los antihéroes siempre tienen alguna pasión, alguna ilusión. No parece ser el caso del inspector Sveinsson, un hombre con bronca interna permanente, con un cabreo consigo mismo y con lo que le rodea sin válvulas de escape. Cabreado con su matrimonio fracasado, con su soledad, con las historias de injusticia, tristes, que el autor se ha inventado para que las investigue; con la porquería de comida precocinada que compra en el supermercado y él mismo se recalienta en el microondas. Cabreado por tener que transigir con una hija drogadicta y puta que se ha instalado en su casa y que ha decidido tener un hijo como medio para rehacer su vida. La muy estúpida. Cabreado por no tener nada en lo que creer ni por lo que alegrarse.

Como trasfondo, lo que el autor denomina la ciudad de los tarros, los Bancos de genes. Esas instituciones que en nombre de la ciencia y sin nuestro consentimiento parecen reunir más información sobre nosotros y nuestra historia de la que nosotros mismos tenemos. Pero uno no sabe si es un recurso para desarrollar la trama o si está haciendo algún tipo de denuncia. El protagonista está demasiado cabreado para sacar alguna conclusión.

Con todo, la novela es buena; Arnaldur Indridason es un buen narrador. Pero no sé si seguiré con la serie. Hay demasiada poca esperanza, algo que los lectores de novela negra también buscamos. A pesar de todo, lo buscamos y lo esperamos.

De Las marismas se realizó una película estrenada en los países nórdicos en 2006. A continuación muestro el trailer.

http://uncadaverenmiblog.wordpress.com/2009/10/18/las-marismas-rba-2009-de-arnaldur-indridason/

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