Radio privada con subsidio oficial
Incongruencias y contradicciones del poder, que se explican por su afán paternalista
Por Pablo Sirvén
Si la lógica tuviera más cabida en nuestro país, tal vez Juan Ramón Giménez -el joven cartonero premiado hace unos días como "emprendedor del año" en Londres por la entidad Youth Business International- habría sido la persona más adecuada para merecer como estímulo una ayuda estatal para su humilde FM La Milagrosa, que emite desde Ciudad Oculta.
En su lugar, sin embargo, las que ya están percibiendo una poderosa inyección de dinero público son, asombrosamente, las emisoras porteñas más importantes de la Capital: Radio 10 y Radio Mitre. La primera se ufana de ser la emisora más oída del país; la otra forma parte del Grupo Clarín, que el Gobierno hostiga casi a diario. Hay una tercera, Radio Belgrano, del ex banquero Raúl Moneta, que también se acogió al beneficio. A Radio Rivadavia no se lo dieron, pero en cambio hay otros veinte pedidos otorgados a radios del interior.
El beneficio se llama Programa de Recuperación Productiva (Repro) y lo otorga el Ministerio de Trabajo de la Nación a aquellas empresas que se consideren en "situación de crisis". "Este programa -aclara el instructivo que deben llenar las compañías que aspiran a recibirlo- brinda a los trabajadores de las empresas adheridas una suma fija mensual no remunerativa de hasta 600 pesos y por el plazo de 12 meses, destinada a completar el sueldo de su categoría laboral, mediante el pago directo por Anses." Claro que para acceder a él "las empresas deben acreditar la situación de crisis por la que atraviesan, estipulando las acciones que piensan desarrollar para su recuperación y comprometerse a no despedir personal".
Hasta agosto último, los subsidios transferidos al sector privado por parte del Estado se elevaban nada menos que a 32.643 millones de pesos. El Repro en particular reparte entre 1493 empresas (casi todas pymes) 197.382.250 pesos.
Radio 10 llega solamente en Capital Federal y Gran Buenos Aires a 1.200.000 oyentes, y cuenta con varias exitosas FM (La Mega, Vale, Pop y TKM). Radio Mitre tiene filiales en Córdoba y Rosario, administra la 100, en FM, activos audioblogs y CienRadios, un emprendimiento online que ofrece, al mismo tiempo, un centenar de sintonías con especialidades temáticas y musicales.
En su libro La cultura del entretenimiento (Universidad de Palermo, Buenos Aires, 2008), Antonio Ambrosini consigna que "desde hace años conviven aproximadamente 300 radios legales, con 6000 en situación precaria. Se trata de un negocio difícil, con una facturación del orden de los 100 millones de dólares. Se estima que menos del 10 por ciento de las 300 emisoras legales dan ganancias o se mantienen en equilibrio y el resto tiene números deficitarios". A continuación agrega que "el liderazgo absoluto en AM lo tiene Radio 10, seguido por Mitre".
Si estas emisoras son a las que mejor les va y entre las dos monopolizan a la mayoría de los oyentes y aun así están en crisis, ¿entonces que les queda a las demás?
Desde la Asociación de Radiodifusoras Privadas Argentinas (ARPA) se quejan de que el sector sufre la competencia desleal por dos vías: las radios no autorizadas que se multiplican sin control y el cable, que abarata sus tarifas rifando sus espacios en sus múltiples señales, lo que retrae a los anunciantes de la radio. Sin embargo, tal como consignó el martes último Alberto Borrini en su habitual columna de Publicidad y marketing en LA NACION, la inversión en este medio aumentó en Capital Federal de 171,9 millones de pesos en el período enero/septiembre de 2008 a 218,6 millones en el mismo lapso, pero de 2009. Por su parte, la Cámara Argentina de Centrales de Medios (CACEM) indica que entre el primer semestre de 2008 y el de 2009 el crecimiento en las emisoras capitalinas ha sido del 31,2% (102,2 millones contra 134,1 millones). Así y todo, la mayoría de las radios se quejan de sufrir un virtual quebranto operativo. La absorción de la pauta oficial por el "fútbol para todos" de Canal 7 suma otro nuevo cuello de botella financiero a las frágiles finanzas radiales.
* * *
Este ha sido un año fuerte y difícil para la radio con persistentes medidas de fuerza, y reducción de personal y de salarios. Patronales y gremios han tironeado ferozmente, los unos, para que no se desmadrase el presupuesto para pagar salarios; los otros, para lograr el mejor aumento. Las negociaciones nunca son fáciles porque hay que acordar con varios sindicatos a la vez (locutores, técnicos y operadores, administrativos y periodistas). Los tres primeros trabajan mancomunados en la llamada Intersindical Radial, en tanto que la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (Utpba) se maneja individualmente por su propia cuenta.
Lo cierto es que se otorgaron algunos plus salariales por única vez y un aumento sustancial del 27,5%, recomposición que en marzo próximo podría llegar al 37,5%, aunque aclara el titular del Sindicato Unico del Espectáculo Público (Sutep), Miguel Angel Paniagua, que los sueldos básicos desde donde parten estaban muy rezagados.
Sorprendentemente, las radios más privilegiadas accedieron al acuerdo salarial sólo cuando el Repro entró en escena. ¿Cómo funciona? Los empleados de las empresas que lo aceptaron tienen que ir a cobrar a un banco los 600 pesos que el Estado les da y que luego las compañías les descuentan de su sueldo al mes siguiente.
Es rarísimo: mientras el Senado acaba de convalidar la extensión de las licencias por diez años a emisoras de radio y TV (decreto de necesidad y urgencia firmado por el presidente Néstor Kirchner, en 2005), la flamante ley de medios obliga a algunos de los holdings de comunicación beneficiados por aquella disposición, a "desinvertir" en el plazo de un año.
También resulta extraño que mientras que el presidente del Foro Argentino de Radios Comunitarias (Farco), Néstor Busso -entidad mentora de los 21 puntos por el Derecho a la Comunicación que sirvieron de base al proyecto oficial-, es elegido como presidente del Consejo Federal de Comunicación Audiovisual (que asesorará a la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual), el Gobierno salga al salvataje de la nave madre radial del Grupo Clarín, que no se ha cansado una y otra vez de denostar a la ley de medios. Ciento ochenta empleados en relación de dependencia de Radio Mitre ya cobran este subsidio estatal que tiene fecha de vencimiento.
Estas señales desde el poder podrían resultar contradictorias e incongruentes si no se entiende que al Gobierno no hay nada que le guste más que, en su faz paternalista, todos vayan a comer de su mano.
psirven@lanacion.com.ar
Seguidores
jueves, 17 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario