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jueves, 3 de diciembre de 2009

Internas abiertas, simultáneas y obligatorias
Por 42 votos contra 24, el kirchnerismo junto a sus aliados consiguió la aprobación de la reforma política como lo deseaba la Casa Rosada. El argumento fue que la ley servirá para ordenar y fortalecer a los partidos políticos.



Por Miguel Jorquera

Los senadores kirchneristas cumplieron el deseo del Gobierno de sancionar la reforma política antes del recambio parlamentario del 10 de diciembre, después del cual ya no contará con la mayoría necesaria para lograrlo. Con 42 votos a favor y 24 en contra, el Senado transformó en ley la nueva norma que estable la realización de primarias abiertas, simultáneas y obligatorias para elegir los candidatos que disputarán las elecciones nacionales en 2011.

El oficialismo fundamentó el apoyo al proyecto en la necesidad de “ordenar el sistema de partidos políticos”, en el nuevo sistema de financiamiento partidario y el reparto, en manos y a cargo del Estado, de la publicidad audiovisual para equilibrar las posibilidades económicas de fuerzas políticas y candidatos.

Las críticas opositoras fueron desde el “apuro oficialista” para tratarlo y la negativa de introducir modificaciones a la media sanción que llegó de Diputados, hasta la falta de sanciones para las candidaturas testimoniales y el control que tendrá de la nueva normativa el Ministerio de Interior. Pero casi todos ellos –la UCR, el PJ disidente y la Coalición Cívica– coincidieron en que se trata de “un traje a medida para Néstor Kirchner”, una frase repetida hasta convertirla en lugar común desde que se presentó el proyecto.

“Esta ley hay que votarla y si hay que mejorarla, se hará en el futuro”, dijo el miembro informante del bloque K, el santacruceño Nicolás Fernández, luego de repetir que se necesitó “coraje” para presentar una ley como ésta, teniendo en cuenta el “peso que tiene las estructuras partidarias en la actualidad”.

Fernández también defendió el sistema de primarias. “Esta situación genera, entre otras cuestiones, que se diluya el voto de dos tercios de la ciudadanía, que no visualiza institucionalmente su voto, ya que sufragan por microsellos de goma, que sólo tienen como objetivo un financiamiento a espaldas del Estado”, sostuvo y agregó que esto beneficia a la vida interna de los partidos: “Quien tenga disidencia no va a poder armar un nuevo partido”. Luego se anticipó al reclamo opositor para que las internas se realicen con los padrones partidarios. “Existen 700 partidos, si participaran sólo 50, tendríamos no solo 50 urnas, sino también 50 padrones distintos por mesa. La decisión de usar un solo padrón, el general, es para ser prácticos y facilitar el proceso de internas”, explicó Fernández.

Pero también salió al cruce de la propuesta opositora de incorporar al proyecto la utilización de boleta única. Fernández sostuvo que “algunos demandan voto electrónico y boleta única, pero éstos no son sistemas electorales sino herramientas electorales, y sería sumamente difícil de implementarlos con 700 partidos”. Repasó la experiencia internacional: “En Brasil y México están preocupados por la proliferación de partidos y sus sistemas de partidos tienen muy pocos reconocidos. Holanda y Bélgica lo han descartado. En Alemania e Inglaterra evaluaron el voto por Internet y hasta el voto a través del control remoto de la TV, pero se descartó por la falta de seguridad que genera en el votante. En Estados Unidos se utilizan varios sistemas, pero la mayoría de la gente opta por el soporte de papel”.

Las réplicas tampoco se hicieron esperar. El radical Luis Naidenoff fue el primero en la lista opositora. “No estamos reformando la política, esto es una simple reforma electoral, una reforma política debe ir más allá”, dijo y remarcó que si la reforma se vota “sin el acompañamiento de todos los partidos, no tiene sentido”. “Terminamos de la peor manera –siguió Naidenoff–, con una modificación del Código Electoral Nacional sancionado en Diputados que contó con el rechazo unánime de toda la oposición. Es grave que la reforma política termine sin un acuerdo de todos los partidos políticos”, sentenció el formoseño.

Los también radicales Emilio Rached (Santiago del Estero), Arturo Vera (Entre Ríos) y Alfredo Martínez (Santa Cruz) siguieron la misma línea argumental. “Esta ley no sólo nace muerta sino que es el producto concebido por una violación”, apuntó el radical nosiglista Juan Carlos Marino.

Los puntanos del PJ disidente Adolfo Rodríguez Saá y Liliana Negre de Alonso no guardaron críticas. Alonso afirmó que la reforma y el apuro para sancionarla antes del recambio “pone en crisis el sistema presidencialista, que se basa en el equilibrio de poderes”. El Adolfo arremetió contra “transfuguismo” político, en medio del reclamo opositor que las bancas sean de los partidos. Luego sostuvo que “otra forma de fraude” es el de Corrientes: “El gobernador electo en principio era de la oposición y semanas después es parte del oficialismo”.

El ex Coalición Cívica Samuel Cabanchik leyó la lista de todas las candidaturas testimoniales del oficialismo en la provincia de Buenos Aires y reclamó sanciones, antes de afirmar que “es aberrante, en lugar de debatir nos dicen no se va a modificar nada”. La lilita María Eugenia Estenssoro reclamó una autoridad electoral independiente, la boleta única y criticó “el trámite exprés” del proyecto por el Senado.

Los cierres estuvieron a cargo del radical Gerardo Morales y el jefe del bloque K, Miguel Angel Pichetto. “El oficialismo ha roto todas las reglas y sembró la desconfianza entre nosotros por la ambición de poder de Néstor Kirchner. Esto es un traje a medida para él”, sostuvo el radical y asumió el compromiso de la UCR de tratarlo en marzo “porque compartimos varios de los cambios filosóficos del proyecto, pero hay que mejorarlo”.

“Esta ley es necesaria, no estamos seguros de que en marzo esta ley se pueda votar”, replicó Pichetto, aunque reconoció que habría que revisar lo de las bancas, que sean de los partidos y no de los legisladores “para evitar acciones de transfuguismo, porque yo creo en el sistema de partidos”.

Con asistencia casi perfecta, el bloque kirchenrista alcanzó 42 votos con la suma de los dos senadores fueguinos, el neuquino del MPN y la radical correntina Dora Sánchez. Sólo el oficialista Guillermo Jenefes se plantó en su condición de empresario multimedia en Jujuy y pidió votar en contra de tres artículos que prohíbe la contratación de publicidad de partidos y particulares en los medio audiovisuales.

Fue la última sesión del año. Al final sólo hubo palabras de agradecimiento y deseos de buenos augurios a los propios y adversarios que dejaron sus bancas en el Senado. Era momento de empezar las vacaciones.

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